Las "prédicas" Emergentes jamás tocarán el tema del Arrepentimiento, Salvación, Regeneración, Pecado o Vida Eterna... Simplemente por que no les es importante. Su "filosofía" es el clásico "AQUÍ Y AHORA".
Andrés Lucero
¿Cómo plantea el movimiento emergente la doctrina de la salvación?
El teólogo Trevor Craigen, en su estudio del libro de Leonard Sweet llamado “The Language of the Emerging Church” no encontró ninguna definición ni explicación con respecto a varios términos esenciales de la Biblia. No parece extraño, que dentro de su libro, tampoco se encontraran las definiciones sobre la justificación, propiciación, redención, reconciliación, expiación, ni santificación.
Según Craigen un término que le llamó la atención fue “L is for Lost” (P es para Perdido), pues en el contexto bíblico se refiere a aquellas personas que no son salvas y por lo tanto están condenadas.
Sweet propone otro significado: los salvos son los que ahora están perdidos y los perdidos son lo que “Dios atesora”.
Según el pensamiento emergente, la visión del cristiano debe enfocarse en este mundo, debido a que Jesús no se enfocó en la vida después de la muerte. Para ellos el nacer de nuevo, y el tener un compromiso con Cristo es importante para el hoy, no para la eternidad. McLaren también dice con respecto a la frase ‘vida eterna’ en el evangelio de Juan, “si se refiere a la vida en el cielo después de la muerte, quiere decir que ha sido malinterpretada”.
Según McLaren, la salvación concierne al rescate del mundo y de la humanidad del pecado ahora, se refiere a participar en el reino de Dios ahora. Es decir, la doctrina de la vida eterna ha sido cambiada por la doctrina de la vida presente. No vivimos para la eternidad, según dicen ellos, sino para el hoy.
Pero el problema con el pensamiento emergente es que se han enfocado en el ahora, y han dejado de lado lo que la Biblia ha hecho un tema central: Nuestra futura redención.
Ya hemos visto que los emergentes piensan de la doctrina de la expiación de Cristo, donde hombres como Steve Chalke y McLaren lo catalogan como ‘abuso infantil cósmico’ y no comprenden como "la teoría de la expiación requiere sufrimiento por parte de un substituto inocente para traer el perdón de pecados".
Y si en el lenguaje normal de los emergentes no se encuentra bien definido esto ¿qué podemos pensar de la doctrina del infierno? Ya hemos discutido un poco en las entradas previas, pero para añadir unas palabras a este tema, McLaren concluye en su libro A "Generous Orthodoxy" que el uso moderno occidental del infierno es muy diferente al uso que le dio Jesús.
Es claro ver porque los emergentes se afianzan al inclusivismo más que al exclusivismo, y abrazan el condicionalismo o la doctrina de la aniquilación como una respuesta para decir que el infierno traería la destrucción o extinción y no tormento eterno, pues eso es impensable en la mente emergente.
Para concluir, debemos saber que a través de la historia, la verdad de la Palabra de Dios ha sido resistida por la humanidad, queriendo moldearla para hacerla más agradable a los hombres.
Según Craigen un término que le llamó la atención fue “L is for Lost” (P es para Perdido), pues en el contexto bíblico se refiere a aquellas personas que no son salvas y por lo tanto están condenadas.
Sweet propone otro significado: los salvos son los que ahora están perdidos y los perdidos son lo que “Dios atesora”.
Según el pensamiento emergente, la visión del cristiano debe enfocarse en este mundo, debido a que Jesús no se enfocó en la vida después de la muerte. Para ellos el nacer de nuevo, y el tener un compromiso con Cristo es importante para el hoy, no para la eternidad. McLaren también dice con respecto a la frase ‘vida eterna’ en el evangelio de Juan, “si se refiere a la vida en el cielo después de la muerte, quiere decir que ha sido malinterpretada”.
Según McLaren, la salvación concierne al rescate del mundo y de la humanidad del pecado ahora, se refiere a participar en el reino de Dios ahora. Es decir, la doctrina de la vida eterna ha sido cambiada por la doctrina de la vida presente. No vivimos para la eternidad, según dicen ellos, sino para el hoy.
Pero el problema con el pensamiento emergente es que se han enfocado en el ahora, y han dejado de lado lo que la Biblia ha hecho un tema central: Nuestra futura redención.
Ya hemos visto que los emergentes piensan de la doctrina de la expiación de Cristo, donde hombres como Steve Chalke y McLaren lo catalogan como ‘abuso infantil cósmico’ y no comprenden como "la teoría de la expiación requiere sufrimiento por parte de un substituto inocente para traer el perdón de pecados".
Y si en el lenguaje normal de los emergentes no se encuentra bien definido esto ¿qué podemos pensar de la doctrina del infierno? Ya hemos discutido un poco en las entradas previas, pero para añadir unas palabras a este tema, McLaren concluye en su libro A "Generous Orthodoxy" que el uso moderno occidental del infierno es muy diferente al uso que le dio Jesús.
Es claro ver porque los emergentes se afianzan al inclusivismo más que al exclusivismo, y abrazan el condicionalismo o la doctrina de la aniquilación como una respuesta para decir que el infierno traería la destrucción o extinción y no tormento eterno, pues eso es impensable en la mente emergente.
Para concluir, debemos saber que a través de la historia, la verdad de la Palabra de Dios ha sido resistida por la humanidad, queriendo moldearla para hacerla más agradable a los hombres.
Intro, imagen y trancripción: Andrés Lucero