Cómo llevar una alimentación saludable.

Todos conocemos la importancia de alimentarnos sanamente. Cierto que el concepto de "alimentación saludable" ha ido variando a través del tiempo; aún así, se sabe de fijo que una buena salud está íntimamente ligada a una buena alimentación.

De hecho, en la mayoría de las culturas se ofrecen alimentos y bebidas como muestras de cortesía a las visitas. Por ejemplo, ¿qué es lo primero que le ofreces a tus visitas? Agua, ¿verdad? O un refresco... Y si es la hora de la comida o la cena, le ofreces quedarse a compartir el alimento contigo. Y ni hablar de la satisfacción que sientes cuando la visita da claras manifestaciones de que le gustó tu comida... Es lo máximo, ¿no?

Por otra parte, uno de los primeros síntomas que nos indican que alguien está enfermando es que se le va el apetito; cuando alguien te dice "no tengo hambre", por lo general te preocupas, sobre todo si esa persona es muy buena para comer.

Y ni hablar de la tranquilidad que le produce a la madre el ver a su niño recién nacido comenzar a alimentarse de su seno... Y a lo largo del tiempo, qué satisfactorio es para cualquier madre el poder alimentar bien a sus hijos.

No cabe duda de que la alimentación es algo primordial para la vida.

Ahora bien,

Mateo 4:4 escribió:El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Esto nos indica que hay otras formas de alimentación, no sólo la que alimenta nuestro cuerpo físico.

El ser humano consta de tres partes: cuerpo, alma y espíritu.

En nuestra alma están nuestras emociones, nuestros sentimientos, sensaciones, actitudes, deseos, anhelos, etc.

Nuestro espíritu es el aliento de vida de Dios, es lo que nos hace estar vivos.

Vamos viendo las diferentes formas de alimentarnos, y las consecuencias de hacerlo bien o mal.

Alimentos del cuerpo.- La comida física.

• Consecuencias de alimentar bien el cuerpo: una buena salud, fuerza física, fortaleza, buen estado de ánimo, buena apariencia física.
  
• Formas de alimentar mal el cuerpo: tomando demasiado refresco, no tomando suficiente agua, mucha grasa, harinas, dulces, alimentos procesados, no desayunando, comiendo demasiado…
  
• Consecuencias de NO alimentarse bien: mala salud, enfermedades, depresión, mala condición física.
  

Alimentos del alma.- Los esparcimientos (juegos, deportes, televisión, cine, etc.), la comunicación con otras personas, escuchar música, ver una obra de arte, contemplar el paisaje…
Consecuencias de alimentar bien el alma:

• buenas actitudes,
  
• reacciones positivas,
  
• buenos pensamientos,
  
• buenas intenciones,
  
• relaciones personales sanas,
  

Formas de alimentar mal el alma:

• invirtiendo demasiado tiempo en juegos, deportes, internet, telenovelas,
  
• Escuchar música que exalta las pasiones desordenadas,
  
• Escuchar música para relajarse y dejar la mente en blanco.
  
• pláticas intrascendentes llenas de críticas, chismes, calumnias, prejuicios, burlas, etc.,
  

Consecuencias de NO alimentar bien el alma:

• malos pensamientos,
  
• pesadillas,
  
• Terrores nocturnos
  
• actitudes negativas,
  
• reacciones violentas o agresivas,
  
• impulsos violentos,
  
• malas relaciones personales.
  
• Malas decisiones,
  
• Malas elecciones
  

Alimentos del Espíritu.- Leer la Biblia, orar, escuchar a Dios, escuchar la Palabra de Dios predicada, ayunar. Todos los alimentos para el alma, pero administrando bien el tiempo, y permitiendo que Dios sea glorificado en cada actividad.

Consecuencias de alimentar bien el Espíritu:

• buena comunicación con Dios,
  
• fe, esperanza, amor (los frutos del Espíritu Gálatas 5:22—23).
  

Formas de NO alimentar bien el Espíritu:

• leer muy poco la Biblia, o no leerla en lo absoluto;
  
• no tomar notas en las predicaciones o en nuestra lectura diaria de la Biblia;
  
• no destinar un tiempo para orar y para escuchar a Dios;
  
• asistir irregularmente a la iglesia;
  
• no esforzarse en obedecer a Dios;
  
• no involucrarse en el trabajo de Dios.
  

Ahora bien, seguramente te ha tocado ver familias de gente inconversa, que mantienen unas relaciones personales dignas de admiración: excelente relación matrimonial, buenos padres, hijos exitosos, amigueros, colaboradores, solidarios, buenos vecinos, etc.

Es lógico. Las reglas de Dios se cumplen en todos los seres humanos. Alimentando bien el alma, se tienen buenos resultados en la vida; eso no tiene vuelta de hoja. Porque estarás de acuerdo conmigo en que igualmente conoces familias cristianas con miles de problemas de relación: los esposos comportándose hostilmente uno contra el otro, siempre hablando mal uno del otro, los hijos un desastre, pleitos con sus vecinos, etc.

Como buen Padre, Dios se complace cuando sus hijos nos alimentamos bien espiritualmente. Una y otra vez en la Biblia nos insiste en que debemos mantener una alimentación espiritual sana.

Juan 6:63 escribió:El espíritu es el que da vida; lo carnal no sirve para nada.

Juan 4:13-14 escribió:Jesús le contestó: —Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.

1 Pedro 2:1-2 escribió:Por lo tanto, despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes. Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación,

Nota aquí cómo es que Dios te dice: Hey, no te alimentes de comida chatarra... Y fíjate en la comparación que hace: como niños recién nacidos. ¿Cómo piden leche los niños recién nacidos? Lloran, berrean, chillan, patalean, y no se calman hasta que sienten en sus labios el alimento... Así debemos desear el alimento espiritual sano. En la versión Reina Valera 1960 dice "la leche espiritual NO ADULTERADA".

Salmos 119:103 escribió:Tu promesa es más dulce a mi paladar
que la miel a mi boca.

Salmos 19:9b-10 escribió:Los decretos del Señor son verdaderos,
todos ellos son justos, ¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal!

Fíjate cómo es que una y otra vez el Señor compara Su Palabra con la miel, la cual es uno de los alimentos más energéticos y saludables que existen.

Salmos 112:1 escribió:Feliz el hombre que honra al Señor
y se complace en sus mandatos.

Job 23:12 escribió:Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.

Proverbios 24:13-14 escribió:Come, hijo mío, la dulce miel del panal; prueba lo deliciosa que está.  Así de dulces te parecerán la sabiduría y el conocimiento;

Ezequiel 3:1-3 escribió:Entonces me dijo: «Tú, hombre, cómete este escrito, y luego ve a hablar a la nación de Israel.»  Abrí la boca y él me hizo comer el escrito. Luego me dijo: «Trágate ahora este escrito que te doy, y llena con él tu estómago.» Yo me lo comí, y me supo tan dulce como la miel.

¡Imagínate! "Comerte" la Palabra de Dios, como cuando la comida entra a tu estómago y comienzas a digerirla... Todas esas sustancias alimenticias comienzan a incorporarse a tu cuerpo, nutriéndolo, fortaleciéndolo, fusionándose con él, yendo a formar parte íntima de cada célula de él... Así nos dice Dios que debemos "comer" su Palabra, al grado de que llegue a formar parte de todo nuestro ser, que controle cada pensamiento, cada intención, cada plan, cada deseo, cada anhelo, cada impulso, cada decisión, cada mirada, cada acción, cada palabra que sale de nuestra boda... Todo.

¿Cuál es uno de los primeros síntomas de enfermedad espiritual? Cuando dejamos de tener hambre de la Palabra de Dios.

Espero en Cristo que te haya sido de bendición.