¿Te gustaría saber cómo reconocer a quien será tu pareja ideal?
¿Aceptas el reto de prevenir el divorcio en tu familia?
Desde niña siempre quise ser esposa, pero después del segundo divorcio me di cuenta que algo estaba haciendo mal; pero no fui capaz de discernir qué era. Por supuesto que debe haber influido el hecho de no haber recibido en lo absoluto ningún tipo de instrucción o formación al respecto.
Sin embargo, al ser mamá de una mujercita, me asaltó el terrible pensamiento de que ella correría la misma suerte que yo, y me decidí a que no sucedería. De manera que, a la tierna edad de 6 años de ella, comencé un entrenamiento concienzudo, sistemático y constante, "vendiéndole" el querer vestirse de blanco, el ser una verdadera doncella al llegar al altar, el no andar de novio en novio, el darse a respetar, el observar con atención todas las actitudes de los muchachos y, lo más importante, saber interpretarlas. En síntesis, la fui enseñando a saber cuidarse sola, cuidar tanto su integridad física como su reputación.
Cuando ella era una adolescente, nos convertimos a Cristo, y comenzamos a asistir a las iglesias cristianas. En cierta ocasión, escuchamos a un pastor decir: "Dios está enmedio de cada decisión que tomamos, menos en el matrimonio. Eso es una decisión humana, y Dios no entra en eso". No sé si el hermano se refería a que nosotros no dejamos intervenir a Dios. Pero a mí me dejó muy pensativa ese comentario, pues yo razonaba: el matrimonio debe ser para siempre, según la Biblia. Por lo tanto, ¿cómo que Dios no entraba en la elección de la persona con quién casarse? No tenía lógica para mí eso.
Venturosamente, por esas mismas fechas, escuché un testimonio de una muchacha que platicaba cómo fue que conoció al hombre con el que ya tenía años de feliz matrimonio.
Su padre, un cristiano devoto, le dijo un día que orara a Dios pidiéndole discernimiento para saber qué tipo de hombre necesitaba ella, con qué cualidades y hasta qué aspecto físico, y que conforme Dios le fuera revelando, ella hiciera una listita con todos los atributos que ella quería que tuviera el hombre que se convertiría en su esposo. La muchacha incluso anotó que quería que tocara la guitarra en la alabanza
Ella estuvo orando a Dios durante algunos años con la listita puesta en el espejo de su tocador. Un día, en su iglesia recibieron la visita de una congregación de otra ciudad, y se quedó paralizada al ver en la alabanza a un joven que correspondía totalmente a la descripción que ella tenía pegada en su espejo... Lo más impresionante fue que cuando ya comenzaron a tratarse, el joven le confesó que ella correspondía a la imagen que se había formado en su mente y en sus oraciones, de la que sería su esposa.
¿Casualidad? Yo no lo creo. Siendo el matrimonio una decisión tan trascendental y tan definitiva (recordemos que Dios aborrece el divorcio), ¿cómo podría quedarse fuera de ello un Padre tan sabio y tan amoroso como nuestro Dios?
Yo me hacía esa pregunta, y decidí que comprobaría la respuesta en mi propia hija. Le comenté a ella sobre el testimonio de aquella mujer, y le dije que nosotros haríamos lo mismo. Ella hizo su listita (no sé qué tan extensa), pero yo tenía mi propia lista jajajaja En ella yo sabía que mi hija se casaría con un pastor.
Estuvimos orando durante años por ese hombre. En ese tiempo ella se puso de novia con otro joven con el que creía que se casaría. Pero a mí me surgieron serias dudas, y el Señor las confirmó, alejando a este joven de la vida de mi hija.
Finalmente mi hija terminó casándose con un hombre que también había hecho su listita, y mi hija correspondía a esa misma descripción. Ah... y mi yerno es pastor
¿Casualidad? Definitivamente no. Estoy convencida, sobre todo después de la experiencia de mi hija, que Dios sí está enmedio de la elección de pareja. El problema es que nosotros no lo queremos escuchar. Nos grita casi en el oído previniéndonos sobre tal o cual persona, pero nosotros cerramos ojos y oídos y endurecemos el corazón, para hacer nuestra santa voluntad.
Si nosotros le damos la oportunidad, Dios es el mejor casamentero. El que nos conoce de todo a todo, sabe perfectamente qué personas son compatibles contigo, y cuáles no. Haz tu listita bajo la dirección de Dios, pídele a alguien que te ayude a orar, y sobre todo, ten paciencia; espera en Dios, y Él te pondrá frente a ti a quien será tu esposo/a.