¿Quién con tres dedos de frente desperdiciaría su amor en personas intolerantes, quejumbrosas, irrespetuosas, amenazantes y violentas?
Es una gran idea; quiero decir, ¿qué clase de aguafiestas querría no amar al prójimo? Es una gran idea, mientras que permitamos que la palabra "amor" sea un concepto vago, y la palabra "prójimo" una construcción teórica.
Los problemas vienen cuando comenzamos a hablar acerca de lo que significa "amor", y qué personas específicamente son las que debemos amar. Allí es donde no sabemos qué hacer.
Por si fuera poco, no solamente es muy difícil amar al prójimo, más bien es imposible -al menos, si estamos tratando de amarlos con nuestra propia bondad, no te puedo hacer sentir mal ni coaccionarte para que ames más, a menos que el impulso te venga desde adentro. Más bien te debo exhortar a que produzcas más oro del papel de lija; eso no se puede lograr. Pero sí podemos saber cómo podemos amar más; no por producirlo sino por ser un conducto para ello. No existe gran diferencia entre tratar de generar amor y permitir simplemente que fluya a través de nosotros y que se desparrame fuera de nosotros. ¡Ajá! Allí está el secreto, ¿o no? Tiene que haber un flujo de amor hacia adentro de nuestras vidas de parte de Dios, cuya misma naturaleza es amor, eso puede fluir hacia los que nos rodean.
Lo que nosotros hacemos, más bien es racionar parsimoniosamente nuestras pequeñas cantidades de amor, repartiendo sólo ocasionalmente nuestra magra existencia de salud mental y emocional, no sea que se nos agote, lo perdemos.
Somos muy buenos para amar a los que nos aman, pues en eso no hay pérdida; les damos amor y ellos nos corresponden con amor, y todos felices. ¿Pero qué de las personas que hacen difícil amarlos? No estoy hablando de personas que no son agradables, sino de personas que no se dejan amar, sea por su carácter o sus acciones: personas que son intolerantes, quejumbrosas, amenazadoras y hasta violentas. ¿Quién, con tres dedos de frente, desperdiciaría su amor en esa clase de personas? Yo sé de alguien que sí lo hace.
Ese alguien se llama Jesús, que nos sorprende con aquella máxima que dice: "Pero yo os digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo" (Mateo 5:44-45)
¿Quieres ser un hijo de tu Padre que está en el cielo? Entonces ama a tus enemigos. La asombrosa explicación de por qué debemos exhibir esta clase de conducta poco racional se encuentra en algunos versículos más adelante: "Por tanto, sean perfectos, así como su Padre Celestial es perfecto" (Mateo 5:48).
¿Qué? ¿Ser perfectos? ¿Qué clase de metáfora puede ser eso? ¿O Jesús estaría hablando en serio? Que debemos anticipar que nuestro amor sea perfecto, como el amor del Padre por nosotros. Amar al prójimo con un amor perfecto.
Así que no sólo es Dios nuestra fuente y nuestro modelo de amor. Él también es nuestro argumento para amar. Siendo que Él es perfecto, nuestro deseo es ser como Él -también perfectos.
¿Pero qué significa amar al prójimo con el amor perfecto del Padre? ¿Se puede acusar al Padre de mostrar amor solamente en unos pocos ignorando a los demás? Eso es exactamente lo que los versículos intermedios aclaran: "Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos" (Mateo 5:45).
Dios ama a la gente mala y a la gente injusta dándoles a todos Su bondad (sol y lluvia). Su bondad no está reservada para gente buena. Su amor no está reservado para los que lo aman. Debemos amar a los que no aman con amor perfecto.
El amor es más que ser amables. El amor perfecto de nuestro Padre nunca se puede decir que es de una sola cara. Su amor no sólo se exhibe en Sus dones y aceptación; se encuentra también en Su pesada mano de la disciplina y justicia. El amor es lo que expulsó a Adán y Eva del jardín (Génesis 3). El amor fue el fuego que brotó de la tienda y que consumió a Coré (Números 16). Fue el amor lo que llevó cautivos a los judíos de Jerusalén a Babilonia (2 Reyes 24-25, 2 Crónicas 36, Salmos 137, Jeremías 25-52, Ezequiel, Daniel).
Nuestro amor perfecto tampoco debe ser la clase de amor que tuerce el brazo o que ata la lengua; sino un amor que extiende una mano de compasión hacia el dolor de nuestros prójimos, que se yergue valientemente contra el mal en sus muchas manifestaciones, que produce de manera persistente buenas acciones inmerecidas. Una gran comprensión del amor tiene un alcance que abarca al globo y una profundidad que motiva cada acción con expresiones que muchas veces sorprenden.
Ama con perfecto amor a los que no aman; en ocasiones, sé amable.
Tomado de la revista Luz y Vida de Junio 2015, por el Obispo David Roller.
Lee esto en voz alta:
1 Corintios 13:4-8 escribió:Invitado es sufrid@, es benign@; Invitado no tiene envidia, Invitado no es jactancios@, Invitado no se envanece;
5 Invitado no hace nada indebido, Invitado no busca lo suyo, Invitado no se irrita, Invitado no guarda rencor;
6 Invitado no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Invitado Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 Invitado nunca deja de ser
¿Has deseado poder dar de este amor y no has podido? ¿Luchas contra un sentimiento de rencor que a pesar de saber que te hace daño, no puedes sacarlo de tu corazón?
Por favor, lee esto:
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Después de leer lo anterior, y meditar en ello, disponte ahora a hacer una oración de acuerdo con estas verdades bíblicas. Y cuando termines, por favor, comparte con nosotros lo que el Señor ha hecho en ti.
¡Dios te bendiga!