¿Te ha pasado alguna vez que oras por algo, el Señor te lo concede, y de pronto de una manera o de otra desaparece la bendición?
A mí me ha pasado. Hace años mi hija, mi yerno y yo oramos al Señor preguntándole hacia dónde dirigir nuestros pasos; pues ellos estaban en ese punto de la vida en que te paras en el cruce de caminos y le preguntas a Dios: ¿Norte, sur, este u oeste?
Y como nosotros funcionamos bien juntos, mi yerno quería estar donde yo estuviera. Cuando consideramos ese lugar a donde yo quería estar, y a donde ellos se iban a ir, consultamos al Señor en oración, y Él nos respondió: Sí, está bien, porque allá van a estar juntos.
¿Estamos juntos, cinco años después? La respuesta es no. Luego de todo este tiempo, aún es hora de que no estamos juntos, sólo en las vacaciones. Por una cosa o por la otra no he podido mudarme para allá.
Yo me he preguntado muchas veces, ¿qué pasó? ¿Por qué pareció que el Señor contestó una cosa, y luego sucedió otra?
Cuando recién comencé a preguntarme esto, Dios me respondió diciéndome: "El tiempo es mío, no tuyo". Ok, Señor, dije yo... Entonces nos dijiste que "sí", pero no nos dijiste "cuándo" :
Pero han seguido pasando los años, y a estas alturas parece ya casi imposible que se nos cumpla aquella promesa que Dios nos dio de forma tan clara; pero sabemos que el Señor siempre cumple sus promesas, entonces ¿qué pasa?
Creo que hoy en mi lectura diaria encontré otra parte de la respuesta.
"El que había recibido las promesas ofrecía su unigénito"... O sea, Dios le prometió al hijo, y luego se lo pide...
A veces Dios te pide que entregues aún aquello que te dio en cumplimiento de una promesa. Parece una contradicción, pero no lo es.
Porque luego dice: "...pensando que Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos".
Abraham le creyó a Dios que, siendo Isaac el hijo de la promesa, y aún cuando Dios se lo estaba pidiendo, Él es poderoso para levantarlo de de los muertos, o de proveer para el holocausto (como efectivamente sucedió).
En mi caso, creo firmemente que Dios cumplirá la promesa que nos hizo a mi hija, mi yerno y a mí. Algún día estaremos trabajando juntos en el Ministerio del Señor. Y no sólo con ellos, sino con todos mis hijos.
Pero por lo pronto tengo que creer en la fidelidad de Dios para cumplir esa promesa; por supuesto que en Su tiempo y bajo las condiciones que Él sabe que convienen.
Creo firmemente que Él proveerá el sacrificio para el holocausto :
Que el Señor te bendiga grandemente.
A mí me ha pasado. Hace años mi hija, mi yerno y yo oramos al Señor preguntándole hacia dónde dirigir nuestros pasos; pues ellos estaban en ese punto de la vida en que te paras en el cruce de caminos y le preguntas a Dios: ¿Norte, sur, este u oeste?
Y como nosotros funcionamos bien juntos, mi yerno quería estar donde yo estuviera. Cuando consideramos ese lugar a donde yo quería estar, y a donde ellos se iban a ir, consultamos al Señor en oración, y Él nos respondió: Sí, está bien, porque allá van a estar juntos.
¿Estamos juntos, cinco años después? La respuesta es no. Luego de todo este tiempo, aún es hora de que no estamos juntos, sólo en las vacaciones. Por una cosa o por la otra no he podido mudarme para allá.
Yo me he preguntado muchas veces, ¿qué pasó? ¿Por qué pareció que el Señor contestó una cosa, y luego sucedió otra?
Cuando recién comencé a preguntarme esto, Dios me respondió diciéndome: "El tiempo es mío, no tuyo". Ok, Señor, dije yo... Entonces nos dijiste que "sí", pero no nos dijiste "cuándo" :
Pero han seguido pasando los años, y a estas alturas parece ya casi imposible que se nos cumpla aquella promesa que Dios nos dio de forma tan clara; pero sabemos que el Señor siempre cumple sus promesas, entonces ¿qué pasa?
Creo que hoy en mi lectura diaria encontré otra parte de la respuesta.
Hebreos 11:17-19 escribió:17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
"El que había recibido las promesas ofrecía su unigénito"... O sea, Dios le prometió al hijo, y luego se lo pide...
A veces Dios te pide que entregues aún aquello que te dio en cumplimiento de una promesa. Parece una contradicción, pero no lo es.
Porque luego dice: "...pensando que Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos".
Abraham le creyó a Dios que, siendo Isaac el hijo de la promesa, y aún cuando Dios se lo estaba pidiendo, Él es poderoso para levantarlo de de los muertos, o de proveer para el holocausto (como efectivamente sucedió).
En mi caso, creo firmemente que Dios cumplirá la promesa que nos hizo a mi hija, mi yerno y a mí. Algún día estaremos trabajando juntos en el Ministerio del Señor. Y no sólo con ellos, sino con todos mis hijos.
Pero por lo pronto tengo que creer en la fidelidad de Dios para cumplir esa promesa; por supuesto que en Su tiempo y bajo las condiciones que Él sabe que convienen.
Creo firmemente que Él proveerá el sacrificio para el holocausto :
Que el Señor te bendiga grandemente.