El Espíritu de Dios nos exhorta:
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Presentar nuestras peticiones al Espíritu de Jesucristo Glorificado mediante una oración hecha en un estado de una comunión pura (Perduradera) movida por Gracia y mediante la Fe en la obra del Espíritu de Padre, del Espíritu de Jesucristo Glorificado y la del Espíritu Santo es lo único que al creyente le es permitido hacer.
Estas peticiones son debida a las varias pruebas, grande y pequeñas que, el Señor permite en nuestra experiencia diaria, con el motivo de hacernos crecer hasta tener nuestro espíritu formado según Él nos conoció antes de la fundación del mundo.
El Espíritu de Jesucristo se encarga en pasar el trabajo del lavamiento y unción al Espíritu Santo que tiene la misión de edificarnos en Justicia y Santidad para hacer parte de la Iglesia de Jesucristo.
Todos los que tienen el Espíritu de Jesucristo en su espíritu tiene esta comisión, que es llegar a ser edificado para llegar a ser parte de Iglesia.
La creencia que todos lo que han creído ya hacen parte de la Iglesia es errónea y promueve al liberalismo hasta al antinomianismo.
Si esta creencia fuera cierta no necesitaríamos los evangelios en nuestras biblias, solo se necesitaría la presentación del evangelio de salvación. Todas la otras exhortaciones serían innecesarias debido que con el haber creído dicen, ya haces parte de la Iglesia.
No se necesitaríamos la obra de santificación del Espíritu Santo. Con la obra de Jesucristo en "posición" hubiera sido suficiente.
Tampoco las pruebas serían necesarias porque con el creer ya uno ha llegado a su meta; el creyente podría sin ningún repercussion comenzar a producir el fruto espiritual, cosa de hecho que se está practicando en nuestra iglesias locales con el apoyo del espíritu de satanás debido a la falta de conocimiento.
Hay otro tema sobre el crecimiento. Es de la creencia general dentro el cristianismo que somos nosotros que crecemos.
La realidad es que nosotros solo somos vasos de barro y lo que tiene que crecer es el espíritu vivificante de Jesucristo Glorificado dentro nuestro vaso de barro hasta tenerlo rebosante de Él.
Debido a este contacto vivo con el espíritu vivificante en nuestro vaso de barro tendremos unos efectos que producen en nosotros la Justicia y la Santidad del Espíritu de Dios.
Estando conciente que nuestra comisión es hacer crecer el espíritu vivificante de Jesucristo Glorificado en nuestros vaso de barro vamos a dar paso al como podemos conseguirlo mediante nuestras pruebas diaria:
La presentación del tráfico espiritual para hacer crecer el espíritu vivificante en nuestro espíritu.
¡YO LO VI! ¡YO LO VI! ¡YO LO VI!
Primera parte
Lecturas Bíblicas:
Filipenses 4:6-7; Efesios 4:11; 1 Corintios. 6:11; Salmos 51:2; 2 Corintios 1: 20; Levíticos 8:30; Éxodos 30:23-31; Primera de Juan 2:27; Primera de Juan 2:16; Eclesiastés 1:2;
Este escrito está dedicado primeramente a la Iglesia. En segundo lugar, a todo el Cuerpo del Nuevo Hombre por la Gloria de Espíritu de Dios. Es bueno hacerse preguntas:
¿En qué consiste la Iglesia?
¿Cuándo fue formada?
¿Por quién es formada?
¿Con que fin existe?
¿Cómo se puede expandir en este mundo?
¿Puede operar sola o hace parte de algo más grande?
¿Es humana?
¿Espiritual?
¿Es corporal?
¿Es Corporativa?
¿Terminará con el fin de este mundo?
¿Tendrá un futuro eterno?
¿Quién será su máximo exponente?
¿Cuál es su jerarquía?
¿Se necesita un cierto grado de espiritualidad para hacer parte de Ella?
¿Solo se necesita ser salvos para hacer parte de Ella?
¿Cuáles son sus características más importantes?
¿CÓMO se puede hacer parte de Ella?
Hay un sin fin de preguntas sobre las características de la Iglesia. En las epístolas de los apóstoles, la que más se habla de la Iglesia es en la epístola a los Efesio, por lo tanto, miraremos con atención, lo mucho que el Apóstol Pablo habla de ella y en que contesto.
Igual que en nuestros días, Efesio era una ciudad depravada y los cristianos en esta ciudad no sabían ya que hacer, para que el libertinaje no se pudiera infiltrar en la iglesia local.
Pablo estaba encadenado en una casa alquilada bajo la estricta vigilancia de la guardia romana con uno o dos carceleros.
Conociendo las duras pruebas que tenían los creyentes en Efesios, el Apóstol Pablo los exhorta en Efesio 4:1-3:
Efesio 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Aquí el Apóstol Pablo explica lo que los creyentes en Efesio tenían que hacer, pero no les explica CÓMO hacerlo.
Estos versículos puestos en las manos legalistas, podrían ser usados para afirmar que los creyentes tienen que ser humildes, mansos siendo paciente los unos con los otros y además con amor, usando quizás de la fuerza de su voluntad.
Esto podría ser vedad, si el Apóstol no hubiera escrito previamente:
“…os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”,
Ellos habían sido salvados por Gracia por medio de la Fe y estas características son: “¡la vocación en que fueron llamados!”.
Por lo tanto, si querían ser humildes, mansos siendo paciente los unos con los otros y además con amor, la única manera para ser digno de su vocación era poder hacerlo por Gracia y por medio de la Fe.
Estos dones no pertenecen a un niño en Cristo recién nacido, pertenecen más bien a un creyente maduro que puede vivir en Justicia y Santidad, que el Apóstol define en Romanos 8:14 como un “Huiós” del Espíritu de Dios:
Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos (Huiós) de Dios.
Vemos aquí que el Apóstol aquí nos dice: “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios”, dando a entender que hay creyentes que no son guiados por el Espíritu de Dios.
Esto “guiados” es un presente indicativo pasivo. El presente pasivo, sugiere una acción continua y progresiva promovida por el Espíritu Santo. El indicativo, sugiere la realidad de dicho acto.
Esta es otra característica de los Huios del Espíritu de Dios ellos siempre son guiados por el Espíritu de Dios, siendo esta su realidad de vida.
Si yo hubiera recibido esta exhortación en seguida hubiera preguntado:
¿Cómo puedo hacer esto por Gracia y mediante la Fe, Apóstol Pablo?
Con solo tres versículos el Apóstol nos dice lo que tenemos que hacer; el CÓMO hacerlo lo encontramos esparcido en toda la Palabra de Dios como veremos.
Al Espíritu de Dios les encantan las conversaciones, siempre espera que sus hijos/as “HABLEN” con Él en una Comunión pura y mediante una relación viva.
Como hijos del Espíritu de Dios, tenemos la posibilidad de disfrutar relatándoles todas nuestras penas, debilidades, ataduras, faltas y pecados…
De hecho, Pablo en Filipenses 4:6-7 dice:
Filipenses 4:6-7 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Solo mediante un apropiado “tráfico espiritual” con Espíritu de Dios podremos satisfacer las responsabilidades que tenemos como parte del Cuerpo de Cristo, para que el Espíritu Santo de Dios pueda lavarnos y ungirnos para ser santificados, con el fin de llegar a hacer parte de la “Cabeza” del Nuevo Hombre juntamente con el Espíritu de Dios, como Santos Sacerdotes los cuales, representan la Iglesia de Jesucristo dentro del Cuerpo de Cristo, como veremos más adelante.
El “trafico espiritual” no es una obra que el hombre añade a la obra del Espíritu de Cristo Glorificado en su santificación, es una confirmación de su Fe en la Gracia de Dios, y en la obra del Espíritu de Dios Padre, del Espíritu de Dios Hijo Unigénito y especialmente en la del Espíritu de Dios Espíritu Santo, mediante Su “Lavamiento y Su Unción”.
No se está presentando una santificación por obras; el trafico espiritual es una extensión práctica, de la Gracia y de la Fe en el creyente en comunión pura con Espíritu de Dios, que desea ser lavado y ungidos para ser santificado, mediante el trafico espiritual que demuestra que ha creído en la obra del Espíritu del Dios Triuno, referente a la obra de la santificación experimental en él.
Es importante que cuando detectamos mediante nuestra intuición, que algo indebido pasa en nuestra Consciencia, de proveer rápidamente y exhaustivamente en usar el beneficio del trafico espiritual, para permitir al Espíritu Santo de lavarnos mediante la Sangre preciosa de Jesucristo desechando todo lo indebido, y permitir al Espíritu Santo de Ungir nuestro espíritu mediante el espíritu vivificante de Jesucristo Glorificado para crecer espiritualmente con Poder, debido a una medida mayor del Espíritu de Jesucristo Glorificado en nuestro espíritu.
Cuando confesamos todas nuestras rebeldías a Jesucristo, mediante una examinación meticulosa y profunda de nuestra alma, especialmente en todos los factores que definen nuestra vanagloria, es necesario pedir perdón al Espíritu de Dios Padre, haciendo la debida restitución y dando siempre gracias al Señor por haber muerto también por nuestra última imperfección.
Es mediante la confesión, una restitución adecuada y un adecuado trafico espiritual que podremos constatar mediante la Fe, la labor efectiva del Espíritu Santo de Dios en nuestra santificación, cuando podemos VER Su obra, con los ojos de la Fe.
Si la vanagloria, junto con los deseos de la carne y de los ojos, es unas de las principales responsables de la mayoría de nuestros problemas, por lo que se refiere nuestra santificación, es importante determinar un poco más profundamente en que consiste, en Primera de Juan 2:16 se dice:
Primera de Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y en Eclesiastés 1:2 se dice:
Eclesiastés 1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
La vanidad indica una falta de la realidad.
Desea ser lo que nos es.
Es inútil en todos sus fines, por ser arrogante, presuntuosa, envanecida.
La vanidad siempre quiere tener la razón.
La vanidad es una realidad caprichosa y sin razón o justicia.
La vanidad habla mucho sin un real contenido.
La vanagloria es envanecida, por falta de modestia.
La vanidad es presumida.
La vanagloria es sospechosa de las intenciones de los otros, debido que muchas veces juzga sin razón.
La vanagloria tiene un alto concepto injustificado de sí misma.
La vanagloria es rara y creída en su manera de ser.
La vanagloria intenta en influir desfavorablemente sobre los otros, para producir una alteración o mudanza o una reacción según sus propias ideas.
La vanidad es manipuladora.
La vanidad intenta a imponer unos gravámenes demasiado gravosos sobre el próximo.
La vanidad procura sus metas con ansia de logro injustificadas.
La vanidad es suficiente.
La vanidad se alaba en sobremanera de sus logros.
La vanidad hace un vano alarde de su erudición.
La vanidad se proyecta a sí misma, de una forma exagerada.
La vanagloria no tiene modestia.
La vanagloria es arrogante.
La vanagloria demuestra descaro y desfachatez.
La vanagloria se da importancia de cosas sin importancias.
La vanagloria exagera en los sentimientos caballerosos para presumir.
Las experiencias de la vanagloria siempre se originan en su libre albedrío natural.
La vanagloria se expresa mediante vanas palabras.
La vanagloria se encierra en el más absoluto silencio.
La vanagloria critica con el fin de sobra ponerse en sus razonamientos.
La vanagloria nunca alaba, no sea con sarcasmo.
La vanagloria es inflexible, debido que es sumamente perfeccionista.
La vanagloria puede ser muy sensible, pero solo en lo que a ella le interesa.
La vanagloria cuida mucho las apariencias exteriores y descuida las interiores.
La vanagloria cuando puede apoderarse algo, no pregunta permiso, se apodera si puede, de todo lo que le apetece.
La vanagloria se siente en derecho de tener toda la libertad de hacer lo que le apetece.
La vanagloria pasa mucho de su tiempo criticando a los otros.
La vanagloria quiere ser el centro de la atención.
La vanagloria es su propio dios.
La vanagloria desea tener cosas que no tiene.
La vanagloria está insatisfecha de su situación.
La vanagloria vive su vida amargada.
La vanagloria es mentirosa.
La vanagloria no admite sus responsabilidades, solo admite lo que ella quiere.
La vanagloria cuando se le niega algo, pregunta: “¡¡Porque, NO!!” porque quiere salirse con la suya.
La vanagloria no sabe atenerse a las reglas y se opone.
La vanagloria no sabe someterse.
La vanagloria se siente con el derecho de estar en una posición que no le compete.
La vanagloria puede robar pertenecías ajenas.
La vanagloria le cuesta perdonar.
La vanagloria comente adulterio.
La vanagloria adora a dioses ajenos.
La vanagloria puede llegar a matar.
Y…muchas cosas más…. y produce…….. la muerte Espiritual.
El quien más tenga, más añade a esta lista, que es interminable.
Los Teknón, (Los funcionarios del Reino del Espíritu de Dios), los Neaniskos (Los Reyes del Reino del Espíritu de Dios) y los Huios (Los Santos Sacerdotes del Reino del Espíritu de Dios) si quieren progresar ulteriormente en la vida espiritual, tienen el deber de examinarse detenidamente en humildad y mansedumbre, en todo lo que hacen o dicen; en cada punto específicamente, y realizar el trafico espiritual, con un Fe continua y progresiva, viendo siempre con los ojos de la Fe, la obra del Espíritu Santo de Dios.
La manera ideal sería confesar la totalidad de lo que representa el “Viejo Hombre”, debido que esto ya ha sido clavado totalmente en la cruz de Cristo en posición, y hacer posible ser librados en nuestra experiencia, de todo nuestro viejo hombre de una vez, en nuestra experiencia.
Pero, debido a la falta de Fe, en la mayoría de los casos, esto no es posible, y necesitamos pedir la asistencia del Espíritu Santo en cada punto específico de nuestra vieja naturaleza durante toda nuestra vida.
A continuación, presentamos, la única solución efectiva para la gran mayoría de los creyentes que quieren progresar espiritualmente.
Al final de la presentación del tráfico espiritual, el resultado final dependerá exclusivamente de la calidad de Fe del creyente y de su extremo deseo de ser verdaderamente una persona Justa y Santa por el Espíritu de Dios, mediante la Fe recibida para poder tener la esperanza de hacer parte del Reino de Dios, y llegar al máximo grado posible de espiritualidad en este Reino, como parte de la Iglesia Gloriosa del Espíritu de Dios, en calidad de Santos Sacerdotes, que se pueden manifestar en esta vidas en calidad de Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros del Espíritu de Dios en su experiencia personal en Justicia y Santidad en sus vidas terrenales. En Efesios 4:11-13 se dice:
Efesio 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Esto es necesario, debido que el Espíritu Santo de Dios, siempre está dispuesto de hacer su labor de manera eficiente, mientras que el creyente puede no estar en Comunión pura (Continua) con el Espíritu de Dios, e invalidar toda clase de progresión espiritual.
Aspirar de ser apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros es indispensable para el crecimiento de las Iglesias locales en esta tierra y para la formación final del Nuevo Hombre, como también lo será en la eternidad.
Hoy en día en las iglesias reformadas y la católica romana, no encontramos evidencias ni de Apóstoles ni de Profetas, y las mayorías de los Evangelistas, Pastores y Maestros no son constituidos por el Espíritu de Dios, más por instituciones humanas o auto impuestos.
La mayoría de la iglesia terrenal niega que al día de hoy podamos tener Apóstoles y Profetas negando así la obra necesaria para su mismo crecimiento espiritual.
Los Apóstoles son los “enviados” del Espíritu de Dios por la iglesia local, para fundar y establecer nuevas iglesias locales en esta tierra. Sin ellos las iglesias locales fundadas no son obra del Espíritu de Dios, más del libre albedrío natural del hombre.
Los Profetas son los “voceros” del Espíritu de Dios, ellos tienen el don de revelar la palabra del Espíritu de Dios de manera correcta. Sin ellos las iglesias locales que se forman, podrían desviarse de la verdad revelada.
Por lo tanto, sin Apóstoles o Profetas, las iglesias locales se encontrarán desnudas a la merced del libre albedrio natural de sus líderes.
El trafico espiritual lo hacemos mediante dos etapas, las cuales implican en los dos casos, la provisión de la obra del Padre, la obra ejecutada por Jesucristo en posición y la obra del Espíritu Santo en la experiencia del creyente.
Primero - Tenemos que pedir al Espíritu de Jesucristo que permita al Espíritu Santo de Dios, de depositar todas nuestras debilidades específicas, mediante la “Fe en la obra de Cristo”, bajo Su Cruz y especialmente la que estamos tratando en un momento dado de nuestra vida.
¡No se trata solo de decirlo o pensarlo! Hay que verlo con los ojos de la Fe.
Con los ojos de la Fe, tenemos que ver claramente el problema que tenemos en nuestro corazón, él ocupa un sitio determinado, y ver mediante los ojos de la Fe, como el Espíritu Santo lo puede arrancar de nosotros y depositarlo bajo la Cruz de Cristo.
Esto es parte de la obra del Espíritu Santo de Dios, pero no es toda la obra.
Ahora tenemos que ver mediante los ojos de la Fe, que la Realidad del Espíritu Santo, toma nuestro problema y lo inmerge en la Sangre preciosa de Cristo, donde desparece para siempre, debido a la poderosa Sangre Divina de nuestro Redentor y haciendo posible que experimentamos una mayor libertad en nuestra vida.
El Espíritu Santo de Dios, puede hacer esto, debido que ya Cristo, Hijo del Unigénito del Espíritu de Dios, proveyó por esto pecado hacía ya 2000 años en Gólgota y proveyó la labor del Espíritu Santo de Dios en Pentecostés.
Muchos de los creyentes en nuestros días están esclavizados por el pecado debido que están viviendo una irrealidad, por falta de Fe y de conocimiento.
Cristo en posición ya lo ha hecho todo, y no hay nada más que hacer, ni por nuestra salvación, ni por nuestra santificación, salvo la obra del Espíritu Santo de Dios, que puede trasformar la obra de Cristo, desde la posición, a una experiencia viva en el creyente.
¡Aleluya y aleluya!
Lo único que al hombre le es permitido hacer es:
1. EN LA SALVCIÓN. En el momento de creer mediante le Fe y la Gracia de Espíritu de Dios en la labor de Cristo, bautizarse como señal física que en verdad tenemos creído.
2. EN LA SANTIFICACIÓN. En un momento durante una Comunión pura, pedir en oración a Jesucristo, por Fe mediante la Gracia, que el Espíritu Santo de Dios, deposite nuestro problema bajo su Cruz arrancándolo de nuestro corazón.
¡El resto es pura labor del Espíritu Santo de Dios!
Solo podemos bautizarnos en agua y pedir a Jesucristo la intervención del Espíritu Santo de Dios en nuestro corazón, cuando descubrimos que no ha sido regenerado en su plenitud, en nuestra experiencia, debido que la santificación “posicional”, no hace a uno ni Justo ni Santo en la experiencia, debido que se necesita la intervención del Espíritu Santo de Dios para que nuestra Justicia y Santidad sea real en nuestra experiencia. En 1 Corintios 6:11 dice:
1 Corintios 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Donde se describe el “lavado, la santificación y la justificación posicional del creyente.”
En el Salmo 51:2 se dice:
Salmo 51:2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
Este salmo el salmista suplica al Espíritu de Dios para que este lavado sea la realidad en su experiencia.
Este “lavado” en el Nuevo Testamento, solo es posible examinándonos a nosotros mismos, confesando nuestras debilidades en todos detalles, pidiendo al Espíritu Santo de Dios de depositarlo todo bajo la Cruz de Cristo y sumergiéndolo en la profundidad de la sangre de Cristo.
El salmista no hace nada para ser librado de su problema, solo pide con Fe de ser lavado de su pecado.
Seguramente el salmista podía ver el trabajo que el Espíritu de Dios hacía en él; de la misma manera, mediante la Fe, en el Nuevo Testamento tenemos que ver toda esta operación como se fuera nuestra verdadera realidad, para que podamos ser más que victoriosos.
El creyente puede llegar a ser “formado espiritualmente”, de tal manera que puede vivir siempre por la Fe, según el Libre Albedrio del Espíritu de Dios, en Justicia y Santidad, cuando su libre albedrio natural, ha sido derretido totalmente en la Sangre de nuestro Redentor, en su experiencia de vida, mediante la labor del Espíritu Santo de Dios, según la Gracia recibida.
Jesucristo, como el Espíritu de Dios Glorificado proveyó no solo por nuestra salvación, pero también por nuestra santificación mediante el “Lavamiento y la Unción” del Espíritu Santo de Dios.
El “lavamiento” por sí solo, no nos da el poder para a hacer frente a otra tentación o prueba. Se necesita juntamente la “unción” para que recibamos una parte del espíritu vivificante de Jesucristo, que nos da exactamente el poder para hacer frente a la tentación que estamos tratando.
Ya no tenemos que esforzarnos para ser obedientes, lo somos debido que podemos vivir el libre albedrio del Espíritu de Dios, que hemos recibido gratuitamente, lo cual no nos costó ningún esfuerzo, debido que lo tenemos recibido por Gracia mediante la Fe, como un Don gratuito del Espíritu de Dios, y que el Espíritu Santo lo puede hacer nuestra realidad, cuando le pedimos de arrancar no solo nuestro problema inmediato, mas todo lo que puede producir nuestro viejo hombre, el mundo y Satanás de nuestro corazón, juntamente con el poder del espíritu vivificante que recibimos, para ser más que victoriosos
Esto ciertamente incluyen todos nuestros trastornos emocionales, todas nuestras heridas, todas nuestras penas, todas nuestras ataduras y todos nuestros pecados, hechos por falta de conocimiento y de Fe.
Podemos pedir al Espíritu Santo de Dios de Lavarnos de absolutamente todo lo negativo que existe en nuestro ser, cuando con los ojos de la Fe cuando podemos ver al Espíritu Santo de Dios hacer esta obra en nosotros, con el fin de recibir además el poder, para resistir las pruebas, debido a la inserción del espíritu vivificante en el espacio que se creó en nuestro corazón cuando el Espíritu Santo, arrancó nuestro problema sumergiéndolo en la sangre preciosa de Cristo.
Segunda de Corintios 1: 20 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
Este ungir solo es posible, si de antemano el Espíritu Santo de Dios nos ha lavado, creando simbólicamente un vacío en un lugar de nuestro espíritu, para hacer eficiente la unción del Espíritu Santo de Dios, mediante el espíritu vivificante de Jesucristo, para poder crecer y poder ver más de la Luz del Espíritu de Dios.
La Unción mediante el espíritu vivificante de Jesucristo Glorificado, completa la acción del Espíritu Santo de Dios para nuestra santificación, que comenzó mediante el lavamiento.
No se necesita ser un experto en las escrituras, un profesor, un teólogo, un “pastor” de una iglesia para recibir esta obra. El Espíritu Santo solito, puede hacernos ver esta verdad, mediante la cual podemos llegar a ser los Santos Sacerdotes del Espíritu de Dios.
Es por el Poder y la Autoridad de Su “Sangre” que seremos librados, por “Gracia y mediante la Fe” de las debilidades presentadas, originadas en el libre albedrío del “viejo hombre” y de todo lo que hemos recibido del “mundo” y “Satanás” mediante el lavamiento del Espíritu Santo de Dios.
Es por la “Unción” del Espíritu Santo de Dios, mediante el espíritu vivificante de Jesucristo que podremos crecer a la altura que determinó el determinado consejo del Espíritu de Dios, antes de la fundación del mundo.
El Lavamiento y la Unción hacen vivir el espíritu de los humildes, y vivificar el corazón de los quebrantados. En Isaías 57:15 se dice:
Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
En Segunda de Corintios 12:9 se dice:
Segunda de Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
En Hechos 2:38 se dice:
Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Cuando creímos, recibimos el Espíritu Santo, para que Este pudiera impartir el Don que tiene, a todos los creyentes que producen un efectivo trafico espiritual.
Este Don es el “espíritu vivificante” de Jesucristo Glorificado. En 1 Corintios 15:45 se dice:
1 Corintios 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Donde se testifica explícitamente que la esencia del Poster Adán, el Nuevo Hombre, consiste en ser un “espíritu vivificante”.
Todos los participantes del Nuevo Hombre son espíritus vivificantes.
El creyente cuando cree recibe el Espíritu Santo para que este lo forme como un “espíritu vivificante”.
En hebreos 6:4 encontramos que una cosa es el Don, y otra el Espíritu Santo:
Hebreos. 6:4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
El “don” está escrito en minúscula como el espíritu vivificante debido que tratamos con el Nuevo Hombre y no con la Deidad. Si se hubiera tratado del Espíritu Santo hubiera estado escrito con la letra mayúscula.
Está en singular debido que no trata de los dones que dio Jesucristo Glorificado por la edificación de Su iglesia.
Es un don en particular y todo apunta que es el don del espíritu vivificante.
Cuando tenemos una comunión pura con el Espíritu Santo, somos llenos de Él y Él tiene la oportunidad, si se lo pedimos, de efectuar un adecuado trafico espiritual en nosotros, insertándonos más del don del “espíritu vivificante de Jesucristo Glorificado” que necesitamos, para ser formados.
A pesar que cada creyente es diferente del otro, se expresa de manera diferente y ora de manera diferente, que todas son aceptables al Espíritu de Jesucristo, es importante conocer y ver la obra del Espíritu Santo de Dios en la santificación que siempre obra de la misma manera.
Si buscamos otra alternativa (Como resistir al pecado con nuestra voluntad) para hacer morir nuestro libre albedrio natural, lo que recibimos de satanás y del mundo, estaremos NEGANDO la obra del Padre, de Cristo y del Espíritu Santo y estaremos fomentando en nosotros corazón, nuestra vanagloria negando la obra de la Deidad a nuestro favor.
Nuestra Fe en la santificación sería NULA, debido que demostramos con los hechos que no creemos en la obra del Espíritu Santo de Dios.
Esto no haría perennes niños en Cristo, simples funcionarios en el Reino de Dios.
Es con mucho pesar, que hay que proclamar que esta, es la situación de los miembros de unas multitudes de iglesias y sectas en estos últimos tiempos, por falta de conocimiento en la obra fundamental del Espíritu Santo de Dios.
Sin Él como Dios, sería imposible toda santificación.
Hay mucha necesidad de proclamar esta verdad, no se trata solo de ser salvo en esta vida, se trata de hacer posible entrar a ser parte de la Iglesia de Cristo como la Novia del Cordero como espíritus vivificantes formados, para que pueda ser edificada.
No todos los creyentes harán parte de la Iglesia del Cordero. Ciertamente tendremos Reyes (Neaniskos) y Magistrados (Teknón) en el Reino de Dios, pero estos no harán parte de la Iglesia como Sacerdotes Santos.
Los Teknón, solo conocieron al Espíritu de Dios como su Salvador en su experiencia.
Los Neaniskos, conocieron al Espíritu de Dios como Salvador y como Su Justicia en su experiencia.
Los Huios o Paters, conocieron al Espíritu de Dios como su Salvador, su Justicia y su Santidad en su experiencia y solo eso últimos, serán coronados con todas las tres coronas y reconocidos como los Sacerdotes Santos de la Iglesia del Espíritu de Dios.
Cuando el hombre hace algo para “ayudar” al Espíritu de Dios en su santificación, demuestra que todavía:
NO HA CREIDO EN NADA, PARA HACER SU SANTIFICIÓN UNA REALIDAD.
El niño en Cristo se siente satisfecho de sus esfuerzos personales, los cuales solo aumentan su gran Vanidad, y ponen en duda que este individuo tiene creído en la obra del Espíritu Santo de Dios.
Segundo – Habiendo sido lavados en la experiencia, tenemos que hacer ver al Espíritu Santo de Dios, que nuestra “Fe” y “realidad” están exclusivamente “en Cristo y en la obra de santificación del Espíritu Santo mediante el espíritu vivificante”.
Tenemos que rogar mediante nuestras peticiones al Espíritu de Dios Padre y de Jesucristo, conscientes de la labor de Cristo como nuestro Dios, y de la labor del el Espíritu Santo de Dios.
Tenemos que tener la certeza que vamos a recibir del Espíritu de Cristo Glorificado por Gracia mediante la Fe, una cantidad del Su espíritu vivificante igual, al vacío que dejó nuestro problema en nuestro corazón, debido a la labor del Espíritu Santo de Dios, que sumergió nuestro pecado bajo la preciosa sangre de Cristo y ahora procederá para insertar el espíritu vivificante de Cristo, en este lugar de nuestro corazón.
Tenemos que ver claramente con los ojos de la Fe, como el Espíritu Santo de Dios nos Unge, (Con el aceite compuesto de la Santa Unción) frotando y rociando nuestro corazón vigorosamente, tan fuerte como puede ser nuestra calidad de Fe, para que el espíritu vivificante pueda ser insertado en el vacío que tenemos provocado en nuestro corazón, mediante el Poder de la Fe en la obra del Espíritu del Dios Triuno, por nuestra salvación y por nuestra santificación.
Tenemos que decirle: Muchas gracias Espíritu Santo de Dios, te veo, te veo, puedo ver tu obra en mí.
En Levítico 8:6 se dice sobre el lavamiento:
Levítico 8:6 Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua.
Y en Levítico 8:30 se dice sobre la unción:
Levítico 8:30 Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
Moisés aquí es un tipo de la labor del Espíritu Santo.
Éxodo 30:23-31 23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta,
24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin.
25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa.
26 Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio,
27 la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso,
28 el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base.
29 Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado.
30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes.
31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Éste será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones.
El aceite compuesto de la Santa Unción, representaba al espíritu vivificante del Nuevo Hombre y del mismo Espíritu de Jesucristo Glorificado económico, el cual necesitamos en nuestro espíritu para hacer parte del Nuevo Hombre y ser santificados como Santos Sacerdotes formados.
En Tito 3:5 se dice:
Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
El “lavamiento de la generación” en posición lo hizo Cristo, esta es la primera de la obra de Cristo. Nuestro crecimiento espiritual mediante el Espíritu Santo de Dios que arranca nuestras debilidades y la sumerge en la Sangre de Cristo es la segunda parte de la obra del Espíritu de Dios.
La “renovación” en nuestra experiencia consiste en la inserción del espíritu vivificante en nuestro espíritu para renovarlo formándolo como espíritu vivificante.
Es mediante esta calidad de Fe, reconociendo la labor múltiple del Espíritu de Dios Padre, del Espíritu del Hijo, y del Espíritu Santo, viéndolo todos en acción, lo cual hace posible que el espíritu vivificante pueda penetrar más y más en nuestro espíritu, hasta tenerlo un día, Plenamente formado en justicia y santidad como Reyes o Santos Sacerdotes, parte del Nuevo Hombre como el Gobierno Teocrático executivo del Espíritu de Dios.
Esto también nos proveerá de toda sabiduría espiritual, cuando nuestro espíritu sea formado según la Gracia recibida.
Primera de Juan 2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
Solo mediante la Gracia y le Fe en la obra del Espíritu de Dios Padre, del Espíritu de Cristo Dios y del Espíritu Santo de Dios, es posible este tráfico espiritual.
2 Tesalonicenses 2:13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
Y en 1 de Pedro 1:2 se dice:
1 Peter 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Y en 1 Timoteo 4:5 se dice:
1 Timoteo 4:5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
Escribo la Fe en mayúscula debido que la Gracia, como tenemos mencionado, siempre está dispuesta, pero es un Don condicional, depende que nuestra Comunión pura (Constante) con el Espíritu Santo de Dios, sea la realidad de nuestra vida; no en un momento dado, más en presente indicativo en todo momento, de manera continua y progresiva, y que nuestra Fe sea completa en la obra del Espíritu del Padre, del Espíritu del Hijo y del Espíritu Santo de Dios.
Si NEGAMOS AÚN PARTE de las obras del Espíritu del Padre, del Unigénito Hijo de Dios encarnado y de la obra de Dios Espíritu Santo, no usando propiamente nuestro tráfico espiritual, podemos tener serias dudas sea de nuestra salvación, como de nuestra santificación.
Es con esta calidad de Fe viva, que los “Jóvenes Cristianos” pueden alcanzar la realidad de la “Huiothesia” en su experiencia personal a una edad aún joven; al igual de Tito, Timoteo y de Esteban. Jóvenes, que con su ministerio impactaron al mundo a su alrededor, los cuales pudieron hacer posible que el Espíritu Santo de Dios pudiera quitar toda su vieja naturaleza y aniquilarla en la Sangre de Cristo, recibiendo la formación en sus espíritus y corazones.
Este es el único “trafico espiritual” que tiene que existir entre el Espíritu de Dios y el hombre, para poder crecer espiritualmente, y recibir de una vez o eventualmente poco a poco Su obra terminada, llegando a conocer y vivir, la realidad de Su verdadera Justicia y Ágape como Santos Sacerdotes, y experimentando Su verdadera “Paz”.
Necesitamos vaciarnos primero, para poder ser llenado después.
En el momento de la prueba
Siempre después de un tráfico espiritual tendremos unas pruebas para que el Espíritu de Dios pueda ver si nuestra Fe fue suficiente o no.
Es sumamente importante que en la prueba podamos VER como nuestra realidad, la obra del Espíritu Santo en nosotros.
Durante la prueba tenemos que decirnos: “Yo lo puedo ver, Yo lo puedo ver; Yo puedo ver que el problema que tenía, ya no es posible que sigua en mí, el Espíritu Santo me lo quitó, me lo quitó, Él me regaló más libertad en mi experiencia”.
“¡Yo lo vi! Vi como el Espíritu de Dios arrancó mi problema de mi corazón, y lo tiró en el más profundo de la sangre de Cristo.
Yo vi cómo se evaneció dentro de la Sangre d Cristo.
No puede todavía estar en mí. Es imposible. Fui librado de este problema una vez por siempre. ¡Amén y amén! ¡Gloria sea toda al Espíritu de Dios!”
Y la “paz” y “Poder” del Espíritu Santo de Dios, se infundirán en nuestro espíritu, y ciertamente podremos superar toda prueba.
Si durante la prueba te se olvida por torpeza de lo que pasó en ti, ciertamente fallará miserablemente debido a tu falta de Fe activa, más en seguida, cuando te dará cuenta de tu fallo, y encontrará una fuerza espiritual nueva y poderosa, que te permitirá recomponerte y volver a ser victorioso y libre. Una voz en tu interior te susurrará:
¡Tú lo viste, tú lo viste, tú lo viste!
Hasta que se forme un nuevo habito en nosotros, tenemos que recordar en todo momento la obra del Espíritu Santo y decir sin parar:
¡YO LO VI! ¡YO LO VI! ¡YO LO VI!
¡YO LO VI! ¡YO LO VI! ¡YO LO VI!
Ahora sabemos lo que tenemos que hacer, y cómo hacerlo.
¡Aleluya y aleluya! ¡Gloria sea al Señor!
También sabemos que los Huios son creyentes, que pueden viven en Justicia y Santidad, mediante el lavamiento y unción del Espíritu Santo de Dios que los hace Santos Sacerdotes, teniendo su espíritu formado en ellos.
Es por esto motivo que el Espíritu del Hijo de Dios se encarnó en esta tierra, para tener unos Sacerdotes Santos, para edificar Su Iglesia, para que lo pudieran representar no solo en la tierra más también en la eternidad.
El propósito de Cristo cuando vino en este mundo fue para edificar Su Iglesia y el Cuerpo de Cristo. En se dice en Mt. 16:18 dice:
Mateos 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
En Efesios 5:25-27 dice:
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Y en Efesio 4:11-13 se dice:
Efesio 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Es de suponer, que siendo los Huios (los apóstoles; los profetas; los evangelistas; los pastores y maestros,) estos son los máximos representantes santificaos del Cuerpo del Nuevo Hombre, que representen a la Iglesia dentro del Cuerpo de Cristo. Es da suponer también que la Iglesia representa la Novia del Cordero.
En 1 Corintios 1:2 se nos dice que la Iglesia es formada por los santificados:
1 Corintios 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús,
En Apocalisis19:7 se dice:
Apocalipsis 19:7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Aquí vemos como la Esposa del Cordero es Justa y Santa y se puede vestir de lino blanco resplandeciente, porque el lino fino representa las acciones de los santos hechas según la Gracia y la Fe, de manera justas y santas.
Es por todo esto, que podemos decir que los Santos Sacerdotes son los Huios del Espíritu de Dios y además representan la Iglesia como la esposa del Cordero. Amen y amen.
En Primera de Juan 2:12-14 se dice:
Primera de Juan 2:12 Os escribo a vosotros, hijitos (Teknion o niños en Cristo), porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
13 Os escribo a vosotros, padres (Pater o Huios), porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes (Neaniskos), porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos (Paidon o Teknon), porque habéis conocido al Padre.
14 Os he escrito a vosotros, padres (Pater o Huios) porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes (Neaniskos), porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
Hay tres grados principales dentro del Cuerpo de Cristo; hay tres grados de lavamiento y hay tres grados de Unción. Dentro de cada grado hay ciertamente varios grados de santificación.
Hermanos y hermanas que podamos aspirar de poder llegar al sumo grado posible.
En 2 Corintios 7:1 nos dice: Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Y en 2 de Corintios 2:18 se dice:
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Mientras que la santificación en posición es instantánea en el momento de creer, la santificación experimental es progresiva y dura toda nuestra vida con el propósito de hacernos semejante a nuestro Redentor.
En Romanos 8:29 se dice:
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Con el fin de poder gobernar en el Reino de Dios en calidad de Reyes o Sacerdotes Santos.
¡Amén y amén!