Como ya es costumbre, en la “iglesia” de J. Adrián Romero solo SE DA GUSTO AL CLIENTE. Entre canciones que no adoran a Dios y aquél ambiente tétrico y obscuro del escenario, no faltan la fabulosas prédicas de él mismo o su hijo, Adrián Roberto.
El “estilo” de predicar que tiene el susodicho, es por demás peculiar; es necesario no quitarle la atención ni un segundo para lograr comprender el mínimo de su discurso. Y es que sus frases entrecortadas, sus chistes sin sentido y lo que habla para si mismo, evocan aquel gran comediante mexicano: Cantiflas.
Esta vez se le barrió por completo lo que trataba de considerar. Al no poder despegar la vista de su computadora, en verdad no sabe bien a bien como explicar toda esa BASURA FILOSÓFICA (que sabe Dios de donde la saca).
Las frases donde se enredó por completo son: “PERO AÚN ASÍ DIOS SIGUE EXISTIENDO COMO UN FANTASMA INCONSCIENTE”, “ES NECESARIO QUE EL PADRE MUERA… EL PADRE MISMO COMO PRESENCIA FANTASMÁTICA TIENE QUE MORIR Y SE DE CUENTA DE QUE ESTÁ MUERTO”
Verdaderamente, no hay una explicación lógica a su verborrea filosófica y mucho menos a la anuencia (y eventual hilaridad) que manifiestan los oyentes. ¡Es como si verdaderamente les estuviesen entendiendo!
El “estilo” de predicar que tiene el susodicho, es por demás peculiar; es necesario no quitarle la atención ni un segundo para lograr comprender el mínimo de su discurso. Y es que sus frases entrecortadas, sus chistes sin sentido y lo que habla para si mismo, evocan aquel gran comediante mexicano: Cantiflas.
Esta vez se le barrió por completo lo que trataba de considerar. Al no poder despegar la vista de su computadora, en verdad no sabe bien a bien como explicar toda esa BASURA FILOSÓFICA (que sabe Dios de donde la saca).
Las frases donde se enredó por completo son: “PERO AÚN ASÍ DIOS SIGUE EXISTIENDO COMO UN FANTASMA INCONSCIENTE”, “ES NECESARIO QUE EL PADRE MUERA… EL PADRE MISMO COMO PRESENCIA FANTASMÁTICA TIENE QUE MORIR Y SE DE CUENTA DE QUE ESTÁ MUERTO”
Verdaderamente, no hay una explicación lógica a su verborrea filosófica y mucho menos a la anuencia (y eventual hilaridad) que manifiestan los oyentes. ¡Es como si verdaderamente les estuviesen entendiendo!
Andrés Lucero
Aquí el vídeo tomado del sitio EvangelioPuro.com: