Es muy agradable y satisfactorio cuando recibimos un reconocimiento por nuestro buen desempeño; y es señal de un espíritu saludable el tener la capacidad de reconocer el buen desempeño de otra persona, aunque sea nuestro enemigo.
Como todo en nuestra vida, aún esto tan positivo puede llegar a ser un problema para nuestro crecimiento espiritual, cuando comenzamos a depender de ese reconocimiento para funcionar en esta vida.
Hace años, en una Escuela donde trabajé, estábamos en el Homenaje a la Bandera y uno de mis compañeros comenzó a quejarse de que le habían llegado ciertos descuentos por faltas; le pregunté si las faltas habían sido justificadas, y reconoció que no, pero esperaba que se las hubieran disculpado en atención a que él siempre llegaba a tiempo a sus clases, y procuraba no faltar.
No siempre hago gala de prudencia, y en ese momento lo único que se me ocurrió decirle fue: Pues si ésa es nuestra obligación, llegar a tiempo y cumplir con nuestro trabajo, y por eso nos pagan. Ahí ya tenemos nuestra retribución.
Por supuesto que no le cayó bien el comentario, y lo único que hizo fue responderme: Pues sí.
En aquel entonces yo aún no era cristiana, y sin saber estaba viviendo en una Verdad que se encuentra en la Biblia:
¿Y esto por qué? Porque en otra parte, Dios agrega algo que complementa este concepto:
Como todo en nuestra vida, aún esto tan positivo puede llegar a ser un problema para nuestro crecimiento espiritual, cuando comenzamos a depender de ese reconocimiento para funcionar en esta vida.
Hace años, en una Escuela donde trabajé, estábamos en el Homenaje a la Bandera y uno de mis compañeros comenzó a quejarse de que le habían llegado ciertos descuentos por faltas; le pregunté si las faltas habían sido justificadas, y reconoció que no, pero esperaba que se las hubieran disculpado en atención a que él siempre llegaba a tiempo a sus clases, y procuraba no faltar.
No siempre hago gala de prudencia, y en ese momento lo único que se me ocurrió decirle fue: Pues si ésa es nuestra obligación, llegar a tiempo y cumplir con nuestro trabajo, y por eso nos pagan. Ahí ya tenemos nuestra retribución.
Por supuesto que no le cayó bien el comentario, y lo único que hizo fue responderme: Pues sí.
En aquel entonces yo aún no era cristiana, y sin saber estaba viviendo en una Verdad que se encuentra en la Biblia:
Con esto, Dios nos dice que no debemos esperar alabanza por hacer lo que nos toca hacer. Si hacemos lo que nos toca, por lo que recibimos un salario, no sólo NO debemos esperar alabanza, sino que nos podemos considerar "siervos inútiles"Lucas 17:9-10 escribió:¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
¿Y esto por qué? Porque en otra parte, Dios agrega algo que complementa este concepto:
De manera que posiblemente recibamos reconocimiento de los hombres por nuestro buen desempeño; pero para recibir el reconocimiento del Señor, debemos hacer lo que es nuestra obligación... y algo másMateo 5:41 escribió:y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.