Y cuando hablo de sociedad estoy hablando de la base, que es la familia, la fábrica de ciudadanos honestos, responsables, cooperadores, honorables y confiables (o monstruos corruptos, descorteses, desconsiderados, avariciosos, inmaduros, insensibles y codiciosos).
Antier que venía a casa en el camión, el chofer venía manejando pausadamente (lo cual es muy raro en Hermosillo, pues la mayor parte de los choferes manejan como si portaran vacas, en vez de personas), cuando vimos en una esquina a dos adolescentes como de primer grado de secundaria (alrededor de 12 años de edad), con uniforme de la escuela y mochila (signo evidente de que iban saliendo de clases) que le hacían señas de que se parara.Al detenerse el chofer abrió la puerta (era de esos camiones urbanos con aire acondicionado ¡a Dios gracias!), y alcanzamos a escuchar la vocecita infantil: "Oiga, ¿este camión llega...?" Hasta ahí todo parecía normal: unos jovencitos preguntando si el camión los llevaría a su destino (lo cual yo hago muchas veces, paro a los choferes no porque me vaya a subir sino para averiguar si esa línea me llevará a donde quiero, pues no conozco bien cómo conducirme en camión en mi ciudad). Pero inmediatamente, y continuando con su pregunta, escuchamos sorprendidos una sarta de groserías: "¿este camión llega a donde usted ch... a su m...?" (Por respeto propio y a mis lectores, no escribo las groserías completas, pero si eres latino, seguramente sabrás interpretar los signos suspensivos). No había terminado de pronunciar su última grosería, cuando los dos emprendieron la carrera hacia la calle aledaña, ante la mirada estupefacta de todos, y el chofer petrificado que de momento sólo atinó a quedarse viendo cómo los jovencitos se iban alejando a toda prisa. En eso como que reaccionó, y volteó a vernos con una sonrisa forzada, y nos dijo: "Si quiero, los alcanzo y les pego una m..." (otra grosería). Y de pronto como que reaccionó y levantándose de su asiento dijo: "¡Los voy a corretear al menos para pegarles un buen susto!" Para nuestra sorpresa, pegó la carrera detrás de los chamacos, muy ágil para su edad y condición física (portaba la consabida pancita cervecera). Y para nuestra consternación, en su prisa dejó abierta la puerta del camión, por lo que nos alcanzaban a llegar tenues oleadas del calor exterior.
Ahí nos estuvimos esperando, casi sin poder creer lo que estaba pasando, y comentando ¿qué habrá pasado? ¿los habrá alcanzado? ¿Se habrá encontrado a las mamás? Una señora incluso dijo: "A ver si no lo agarran a pedradas más adelante".
Después de unos 10 minutos, lo vimos regresar caminando, y al subirse nos comentó que casi alcanzaba al plebe, si no es porque el chamaco saltó sobre el cofre de un carro, deslizándose hacia el otro lado, tomándole ventaja. Y agregó: "Si lo hubiera alcanzado, ¡ah qué ch... le hubiera arrimado!"
En lo que restó del trayecto, el chofer siguió comentando el suceso, aderezando la plática con floridas groserías, tratando de desahogar el coraje, la frustración y la impotencia que le produjo toda la situación. No me costó trabajo imaginar que, de haberse encontrado con la madre, ésta hubiera salido en feroz defensa de su "retoño", y hasta pudiera haberle hablado a la policía para "protegerlo" del adulto que lo venía correteando.
Yo por mi parte, me estremecí sólo de imaginar, por una parte, el ambiente en el que esos muchachos estaban creciendo, el cual producía su abominable conducta; y por otro lado, preguntándome: ¿qué tipo de adultos van a ser estos muchachos dentro de unos años? No me costó mucho contestarme la pregunta, sólo con ver a nuestros funcionarios corruptos, y a la mayor parte de la población aceptando a regañadientes esa corrupción, pero sin atreverse a hacer absolutamente nada para cambiar las cosas.
Y entonces una vez más me enfrenté a la necesidad y a la URGENCIA de hacer ALGO para ayudar a los padres que SÍ desean cambiar las cosas, pero que no saben cómo (que espero en Cristo sean la mayoría de los mexicanos).
No es de extrañar que los jóvenes hoy en día se comporten así. Nomás echen una miradita a este mensaje que vi que una amiga compartió en Facebook:
Y aún le agregan esta imagen de la hija muy feliz de que la mamá le diga: aquí sólo mis reglas, y tú estás para obedecerlas.H I J @
Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu madre: tú no votaste por mí. Somos madre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel del madre.
No soy tu cuate, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu madre Y eso es cien veces más que un amiga!
También soy tu amiga, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harás lo que yo diga y no debes cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí...
Tu Madre.
Honestamente, yo podría estar de acuerdo con todo ese texto, de no ser porque en el libro de PET, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] con mi hijo, mi nuera y una vecina, hemos aprendido que es muy cierto lo que
Esto es debido a que utilizando el poder y la autoridad sí puedes modificar comportamientos simples, como que aprendan a decir "gracias", "por favor", a despedirse y a atender invitados cortésmente. Pero es ineficaz para enseñar actitudes complejas como la generosidad, la cooperación, la empatía, la solidaridad, el valor, la iniciativa, etc.... Todas esas características que hacen que una persona no esté trabajando por las recompensas ni los elogios, y que además esté dispuesta a dar el "extra", a pensar por sí mismo, a tener autodominio, autocontrol, autodiscplina y autoresponsabilidad...Lord Acton escribió:El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.
La palabra "auto" significa "que funciona por sí mismo". ¿De verdad creemos que usando la autoridad, el poder y la fuerza, lograremos que un ser humano aprenda a funcionar por sí mismo?
No. Lo único que logramos crear son niños rebeldes o sometidos, adolescentes introvertidos (potenciales suicidas) o jovencitos irrespetuosos (como los que insultaron al chofer del camión), y adultos como nosotros... comprenderemos (funcionarios vendidos, políticos corruptos, que practican el nepotismo, sin principios ni valores morales ni éticos ni mucho menos religiosos, cínicos, mentirosos, simuladores, etc., y a veces hasta homicidas).
[img][/img]
Me llama la atención que con frecuencia encontramos sitios en donde nomás nos dicen cómo darnos cuenta que andamos mal, pero no nos dicen cómo corregirlo. Sólo nos dicen que tenemos que hacer algo, que hay muchos focos de alerta prendidos, pero no hay ninguna capacitación, ninguna guía, ¡nada!Espero en Cristo que esta modesta "Escuela para Padres" que comenzó hace pocas semanas en este hogar, crezca y se convierta en un poderoso ministerio por medio del cual se pueda lograr un cambio en la sociedad mexicana, partiendo del Poder transformador del Espíritu Santo.