La verdadera guerra espiritual no es la que se vive en un momento de emocionalismo en una reunión plagada de música ensordecedora y columnas de humo y focos de colores en una megaiglesia donde motivadores profesionales hacen rugir, gritar y enardecer de júbilo a las multitudes con el fin de manipularlos mentalmente en una falsa guerra en la cual 'toman sus posiciones, 'atacan al enemigo', 'atan y desatan', 'declaran', 'decretan', en fin para después del nirvana y éxtasis místico, levantar la megaofrendota.
Esa no es la guerra espiritual. Eso es solo manipular a los crédulos que piensan que están 'venciendo a satanás' con sus alaridos.
La VERDADERA GUERRA ESPIRITUAL es la que vivimos día a día, desde que amanece hasta que anochece, cuando luchamos contra nuestras concupiscencias, con nuestras tentaciones, con esos pensamientos que nos inquietan, con ese hábito que nos hace caer.
Es cuando viene a nuestra mente el cuerpo de esa chica linda que vimos ayer, cuando esos pensamientos llenos de odio contra álguien nos inundan la cabeza, cuando tenemos dudas acerca de nuestra fe, en fin, y luchamos con la Armadura de Dios (Efesios 6:10-18) para rechazar esos dardos del maligno.
El campo de batalla la mayoría de las veces SE ENCUENTRA EN NUESTRA MENTE y no en una megaiglesia de la Prosperidad donde todo hay menos una real batalla contra el enemigo.
Esa no es la guerra espiritual. Eso es solo manipular a los crédulos que piensan que están 'venciendo a satanás' con sus alaridos.
La VERDADERA GUERRA ESPIRITUAL es la que vivimos día a día, desde que amanece hasta que anochece, cuando luchamos contra nuestras concupiscencias, con nuestras tentaciones, con esos pensamientos que nos inquietan, con ese hábito que nos hace caer.
Es cuando viene a nuestra mente el cuerpo de esa chica linda que vimos ayer, cuando esos pensamientos llenos de odio contra álguien nos inundan la cabeza, cuando tenemos dudas acerca de nuestra fe, en fin, y luchamos con la Armadura de Dios (Efesios 6:10-18) para rechazar esos dardos del maligno.
El campo de batalla la mayoría de las veces SE ENCUENTRA EN NUESTRA MENTE y no en una megaiglesia de la Prosperidad donde todo hay menos una real batalla contra el enemigo.