Encontré un foro dedicado principalmente al caso de Sylvia Likens, del cual extraje de uno de los posts, este testimonio de John Blake (intenté traducirlo lo mejor que pude).
Cuando el residente de Millersville, John Blake, recoge un periódico o se entera por las noticias de niños cometiendo crímenes horribles, se transporta a más de 30 años atrás a sus oscuros días en Indianápolis. Blake es un asesino convicto en uno de los más extraños y sádicos crímenes que el Estado de Indiana hubiera visto. En 1965, Blake, entonces un confuso y enojado niño de 12 años, participó en el prolongado homicidio de una adolescente. Hoy él admite su culpa, y de acuerdo con que su sentencia -tres años en una penitenciaría estatal- fue demasiado leve. No obstante, Blake, ahora un diácono voluntario de una Iglesia, y padre de tres, dijo que Dios le dio un vuelco a su vida. Y él cree que otros jóvenes problemáticos que han cometido crímenes de adultos, -como los jóvenes adolescentes en Jonesboro, Ark., quienes les dispararon y mataron a cuatro de sus compañeros de clase y a un maestro, a principios del mes, y el adolescente de Edinboro, quien mató a su maestro e hirió a otros cuatro, no deben ser abandonados, sino más bien se les debe abrazar y darles esperanza. En el verano de 1965, John Baniszewski Jr. (él después cambió su apellido) vivía en Indianápolis con sus seis hermanos y su madre, Gertrude Baniszewski, de 37 años. Sus padres se divorciaron cuando él tenía 9 años. El más pequeño de la familia, Dennis, de un año y medio, fue engendrado de otro hombre, Dennis Wright. "Toda esta situación destrozó a la familia", dijo Blake con ojos distantes. "Mi mamá era una mujer muy egoísta y egocéntrica. Aunque mi padre era un tipo cariñoso promedio, la custodia siempre la tuvo la madre." Blake dijo que su madre usaba drogas, abusaba del alcohol y tenía sexo con Wright frente a él y sus hermanos y hermanas. Blake supuso que su madre movió a la familia como ocho veces, todas por áreas pobres de Indianápolis. Enferma de asma y bronquitis, su madre no trabajaba. La familia dependía de los cheques de manutención de John Baniszewski Padre, y cuando éstos no llegaban a final del mes, Blake y sus hermanos con frecuencia robaban o mendigaban comida. La familia también vendía sus muebles por dinero de tiempo en tiempo. "Ella se convirtió en una mala y odiosa mujer" -dijo Blake acerca de su madre-. "Nosotros los niños crecimos a disgusto con ella. Mi mamá me hacía ir a la farmacia a conseguirle recetas ilegales con cierto farmacéutico. Ella era una adicta. Nosotros los niños hablábamos de matar al otro hombre (Wright), para que así nuestros padres pudieran volver a estar juntos. Pero sabíamos que nunca haríamos tal cosa. Era sólo un decir." Pero las pláticas sobre violencia se convirtieron en más que eso. Aquel verano, Wright fue enviado a Alemania por la Armada de Estados Unidos. Blake admite haber tenido muchísimos problemas de conducta, razón por la cual él cree que su madre lo envió a vivir con su padre, quien seguía viviendo en Indianápolis. En julio, para conseguir más dinero, la mamá de Blake tomó como huéspedes a dos adolescentes, dos hermanas de 15 y 16 años, Jennie y Sylvia Likens. Sus padres operaban un puesto de comida que seguía a un circo. Jennie había tenido polio. Los padres de las chicas habían conocido a la Sra. Baniszewski sólo unos pocos días antes de que las niñas se quedaran a su cuidado. Un día de ese verano, Blake vino a casa a visitar a su familia. Él vio que su hermana mayor, Paula, de 17 años, traía enyesada su muñeca. Había tenido una discusión con Sylvia Likens. "No estoy seguro de cómo explicarlo" -dijo Blake- "Sentí como que no había nadie que se ocupara de nuestra condición como familia, o de mí. Mi rabia creció." Blake regresó a vivir con su madre y hermanos a una casa de alquiler en mal estado. Fue entonces cuando comenzó el tortuoso y lento asesinato de Sylvia Likens. "Nosotros abusamos de esa chica de 16 años" -dijo Black sin mencionar su nombre- "Odio incluso mencionar algunas de las cosas que hicimos. Todo lo abusivo y tortuoso fue hecho." A Sylvia sólo se le permitían galletas y agua. Los periódicos de Indianápolis reportan que ella en repetidas ocasiones fue empujada y arrojada por las escaleras del sótano por muchos de los niños Baniszewski -incluso los más jóvenes- y la madre de ellos. Pero no fueron sólo los Baniszewskis quienes abusaron de esta atemorizada niña. Su hermana, Jenniw, después le dijo a la policía que había sido forzada a golpear a Sylvia. Estaba aterrorizada de contarle a alguien sobre el abuso. "Finalmente, todo esto tuvo un precio, y después de dos semanas de intensa tortura, la chica falleció" -dijo Blake con su mirada en blanco. Ella fue asesinada el 26 de octubre de 1965. De acuerdo con los periódicos, su cuerpo fue encontrado por la policía después de que Blake y una de sus hermanas la arrastraron escaleras arriba e intentaron resucitarla. Los periódicos reportan que Sylvia fue torturada por esparcir el rumor en la escuela local que dos de las chicas Baniszewski eran prostitutas. Pero Blake dijo que él había ayudado a matar a la joven en parte porque estaba lleno de rabia por su familia y su vida. "Todo se acumuló, y explotó" -dijo. Blake, su madre, su hermana Paula, Hobbs y otro vecino, Coy Hubbard de 15 años, fueron arrestados. Stephanie Baniszewski de 15 años fue juzgada aparte. A los niños más pequeños -Marie de 11, Shirley de 10, James de 8, y el pequeño Dennis- no se les levantaron cargos, a pesar de que las niñas admitieron en el juicio haberse unido al abuso de Sylvia. Blake fue acusado de asesinato en primer grado -la persona más joven acusada de un crimen en Indiana. En el juicio, Gertrude Baniszewski fue hallada culpable de asesinato en primer grado y sentenciada a prisión de por vida. Ella sirvió veinte años, y murió de cáncer después de haber sido liberada. Paula, quien fue hallada culpable de asesinato en segundo grado, lo cual después fue reducido a homicidio involuntario, fue sentenciada a prisión de por vida, escapó una vez y fue recapturada y sirvió durante ocho años. Ellas fueron las primeras madre e hija recluidas en la Cárcel de Mujeres de Indianápolis. Blake, encontrado culpable de homicidio involuntario, fue sentenciado de dos a veinte años en el Reformatorio Estatal de Indiana, una penitenciaría para adultos. Hubbs y Hubbard recibieron la misma sentencia. Los tres fueron fuestos en libertad condicional después de tres años. "Yo sabía que merecía cualquier castigo que me quisieran dar. Un castigo más severo hubiera sido más justo. Ciertamente yo sabía lo que estuve haciendo. Estaba demasiado cegado en mi rabia como para darme cuenta de los resultados y las consecuencias" -dijo Blake sacudiendo la cabeza. En prisión, Blake fue enviado a un campo de trabajo de seguridad mínima. Trabajó con hombres de 18 a 21 años de edad. Blake cree que fue enviado ahí porque los oficiales no sabían qué hacer con él. Incluso después de que Blake hospitalizó a otro recluso del campo de trabajo en lo que él llamó "una travesura", no lo enviaron de regreso a prisión. La más pequeña infracción en el campo de trabajo normalmente hubiera representado que un recluso regresara a la penitenciaría, dijo Blake.
"Mi edad tuvo mucho qué ver en eso. Me trataban como adulto, pero reaccionaban conmigo como con un niño. No había reglas para mí".
Habiendo obtenido su libertad condicional a pocos días de su cumpleaños número 15, Blake cambió su apellido. Dijo que se lo aconsejaron los oficiales de la prisión, porque el apellido Baniszewski era muy reconocible. Él se fue a vivir con su papá, quien se había vuelto a casar con "el tipo de mamá que toda mamá debe ser". Sus hermanos permanecieron en hogares adoptivos mientras que su padre obtenía la custodia. Blake regresó a la escuela en Indianápolis. Blake atribuyó el crimen a tres cosas: "Creo que mucho de esto fue a causa de la falta de una vida apropiada en familia. También es que la vida humana no tenía mucho valor para nosotros. Y faltaba Dios en el esquema. Nosotros no teníamos conciencia de lo bueno y de lo malo". Fue dos meses después de haber salido de prisión, que Blake dijo que su vida fue cambiada después de encontrar a Dios. "Yo todavía estaba enojado, confuso y seguía sintiendo que a nadie le importaba" -él dijo. "La prisión no produjo ningún cambio en mí. Ahí no hay rehabilitación. Mi mundo seguía estando perturbado". Un día después de la escuela, un joven se le acercó a Blake para invitarlo a la Escuela Dominical. Sin nada más qué hacer, Blake aceptó y se apareció en la Iglesia el domingo siguiente. "En mi vida no había paz, pero pude reconocerlo". Él dijo que encontró la paz a través de Dios. "Caí en mis rodillas y le entregué mi corazón al Señor. Incluso antes de experimentarlo, yo sabía que mi vida jamás volvería a ser la misma" -dijo Blake, rompiendo en llanto y sollozos por primera vez en la entrevista. "Después de 30 años, esto me conmovió". Blake comenzó a testificar y a envolverse en las actividades de la Iglesia. Él reveló su identidad a la congregación. "Ellos no me trataron en lo absoluto diferente. Traté con el remordimiento y la culpa; finalmente tuve paz y gozo. Comencé a hablar en otras Iglesias y escuelas... acerca de mis experiencias. Blake atendió dos colegios bíblicos. Un verano él hacía trabajo misionero y construyendo casas para los necesitados en Mississippi. Conoció a su esposa de 24 años, Lois, nativa de Washington Boro, de la segunda Escuela en Ohio. "Ella conoció mi pasado porque yo no me anduve con rodeos -dijo él. Él ha servido como pastor de campo. Ha trabajado con personas mayores y discapacitados. Es padre de tres niños, y él y su esposa son diáconos de las Asambleas de Dios Nueva Vida en Lancaster. Él es líder en el ministerio de varones que ayuda a los hombres a ser mejores padres y mejores esposos. También liderea la versión Iglesia de los Lobatos para tutorear a varones jóvenes. "Las personas que me conocen, saben de esto" -dice. Él habla de escribir un libro "acerca de mis experiencias, que a despecho de la tragedia, tú puedes darle un giro a tu vida". También habla de la oportunidad de volver a Indianápolis el próximo otoño, para hablar a la Iglesia donde fue salvo, y en la Escuela cercana. Blake no tiene muy claro qué tan duro deberían ser castigados los dos jóvenes acusados de disparar a cuatro condiscípulos y a un maestro en la Primaria rural de Jonesboro, Ark. Parte de la razón por la que está hablando es decirle a la gente que puede haber un futuro para los jóvenes que cometen delitos de adultos. Dijo que él es una prueba de ello. "Hay esperanza. Hay propósitos. Tú no tienes que lidiar con una rabia así. Esto es lo que yo les digo. Pero como sociedad civilizada, no podemos tolerarlo. Yo diría que se tiene que ejrecer algún castigo. Cuando tú haces cosas de adulto, tienes que enfrentar las consecuencias como adulto. Pero al mismo tiempo, existe la posibilidad de la esperanza y el rumbo. Me encantaría la oportunidad de salir y hablarles a esos jóvenes". La congregación de las Asambleas de Dios Nueva Vida, parece haber aceptado a Blake, dice el Pastor Greineder. "Él ha hablado acerca de esto en la Escuela Dominical", dice Greineder. "Comparte su testimonio con la congregación. Él nunca ha tratado de ocultarlo". Blake también enseña en la Escuela Dominical. "Es un miembro activo, es verdaderamente parte de nuestra congregación. Cometió un error en su vida, y el Señor lo ha perdonado y estamos aquí para aceptarlo. Yo creo que él sigue sintiéndose mal, pero creo que el Señor ahora está usándolo realmente para llevar sanidad a otros en la similares condiciones". Discapacitado por complicaciones de la diabetes, Blake ahora camina con bastón o andadera. La enfermedad ha afectado su vista. Ahora discapacitado a causa de su enfermedad, Blake trabajó como chofer de camión, agente de bienes raíces, y jardinero por cuenta propia. "Cuanto más se te da, cuanto más se te requiere" -dice. "Es por esto que siento la necesidad de hacerlo. Soy el primero en reconocer que no fui castigado como debería. Por eso pienso que mi responsabilidad es muy grande. Quiero trasmitir que hay esperanza. No, no todo el que crece con problemas tendrá problemas como los que yo tuve. Sé que recibí demasiada misericordia y gracia".
del foro mencionado.
En ese mismo foro están las transcripciones del juicio.
No encontré la entrevista original de donde se obtuvo este testimonio. Pero el punto es que es más que evidente que, una vez que John Blake se convirtió a Cristo, su vida fue más que productiva y de muchísima bendición para muchos otros. Realmente se dedicó a compartir su testimonio, y a ayudar a muchísima gente a través de su traumática experiencia.