Puede ser un partido político, un líder sindical, una Coalición, etc.
Pero el único camino a la libertad es Jesucristo.
No obstante, hubo una ínfima minoría de docentes que decidieron protestar no prestándose a lo que ellos consideran una farsa; ¿el resultado? Que de los ausentes, una mitad justificó su inasistencia, y la otra mitad fue cesada, por no justificarla.
No es el único problema que enfrenta el pueblo mexicano. Esta crisis política y social va desde la evidente ineptitud de nuestros gobernantes, pasa por iniciativas de ley aprobadas por el Congreso tendientes a permitir aún más enriquecimiento de las élites en el poder a costillas de la clase trabajadora y jubilados, y ahora también por brutalidad policial en donde a los maestros detenidos ni siquiera se les ha permitido hacer la lectura del documento en su contra al momento de su detención, y son subidos al vehículo policial con lujo de fuerza y entre varios policías de la PEI (Policía Estatal Investigadora), como si de criminales se tratara.
La noticia la pueden ver AQUÍ. Posiblemente en este punto algunos estemos pensando "Pues algo haría, ya que es de la Coordinadora, y ellos son muy violentos y agresivos". No discutiré eso, porque ni conozco al maestro personalmente, ni conozco los preámbulos al momento de la detención. Pero sí puedo juzgar lo que estoy viendo: un ciudadano solicitando leer el documento inculpatorio, y los policías no se lo permiten; y aunque le dicen que NO es una orden de aprehensión, se lo llevan con lujo de fuerza entre varios policías y lo obligan a subir al vehículo oficial.
Desde hace varias semanas, en que veo los comentarios en el whatsapp de mis compañeros jubilados y de mis ex-compañeros de la secundaria, tanta impotencia, tanta rabia, tanta indignación, todo traducido en insultos y en malos deseos contra delincuentes, rateros, policías corruptos, gobernantes y autoridades. Y siempre, un común denominador: el clamor para que ALGUIEN haga ALGO, ya sea un líder o un partido político o una agrupación.
Me da vueltas en la cabeza la imagen del pueblo de Israel cuando aparece Jesús en escena, y les pasa de noche que el Mesías esperado ya había llegado. La mayoría de ellos vivían enojados, indignados, batallando con el dominio de Roma y la corrupción de sus líderes políticos y espirituales... ¿Nos suena conocido eso? Y cuando Jesús dijo
ya lo estaban arrestando y se preparaba para el sacrificio.Juan 18:36 escribió:Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
El pueblo católico está en las mismas condiciones que el pueblo de Israel de aquel entonces: esperando a su Mesías. Y aunque de palabra dicen reconocer que Jesús es el Mesías esperado, viven todavía las mismas vidas torturadas, miserables e infelices de los judíos de aquel tiempo, quejándose de las autoridades y del gobierno, de la brutalidad de la policía, de la corrupción de los políticos, y esperando que llegue alguien o algunos que hagan el cambio...
No queda más que seguir orando para que el Espiritu Santo haga la obra de conversión en sus mentes y en sus corazones, que los haga nacer de nuevo, y que se les pueda decir como
Sí... que puedan abrir sus ojos de las tinieblas a la luz admirable del hermoso rostro de Jesús.1 Pedro 2:9 escribió:Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Si esta lectura te ha conmovido, te invito a que hagas esta oración:
Si has hecho sinceramente esta oración, esperamos verte aquí de vuelta para que compartas con nosotros las maravillas que Dios estará ya comenzando a hacer en tu vida.Padre, reconozco que hasta ahora he puesto mi confianza, mi anhelo y mi seguridad en personas, o en grupos de personas, políticos, gobernantes, autoriades, etc. Reconozco que he seguido esperando que haya un cambio generado por nosotros mismos, cuando en realidad lo que necesitamos es que tú cambies nuestro corazón de piedra por un corazón de carne.
Me arrepiento porque reconozco que Jesús es el único libertador que necesito, el que me librará de iras, enojos, rabia, indignación e impotencia, porque Él ya murió para que yo sea libre de todo eso. Te pido, Jesús, que me perdones y que entres en mi corazón, que seas el Salvador de mi vida. Y te entrego mi vida para que tú la gobiernes como mi único Señor.
Gracias por mostrarme el verdadero camino de la libertad.
¡Y que todo sea de bendición!