Parece un tema trillado, pero no debemos de cansarnos de repetirlo: Dios puso las reglas, y sólo puede ser en Jesús.
Jesús se estaba despidiendo de sus apóstoles, y les estaba dando instrucciones. Y me sigue impresionando la forma tan clara en que nos dice: Yo soy el Camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí... Y aún así nosotros insistimos en inventar formas de adorarle de acuerdo a nuestras propias consideraciones, nuestra propia opinión, nuestra propia conveniencia. Aún ahora sigo preguntándome: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Juan 14:3-7 escribió:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Estoy en un grupo de whatsapp de los ex-compañeros de la Secundaria, y ahí prácticamente todos son católicos excepto yo. Uno de ellos específicamente siempre habla de sí mismo, del buen hermano que es, de lo buen esposo, buen padre, buen amigo, buen trabajador, etc. Y cuando se acerca la Semana Santa siempre habla de su trabajo como cocinero en un campamento de misioneros.
Siento mucha pena cada vez que lo leo, y una carga muy grande en mi corazón, porque no puedo negar que su deseo sincero es "ser bueno" en todo. Sin embargo, jamás lo podemos ser por nuestros esfuerzos, ni por las buenas ideas que tengamos, o las maravillosas obras de caridad que realicemos. Si no está Jesús enmedio de eso, si no es el Hijo de Dios el que es glorificado, si no lo hacemos en el Nombre de Jesús, de nada sirve.
Sigamos orando para que las personas que amamos lleguen a tener una relación personal con Jesucristo