¡Feliz año, queridos hermanos en Cristo!
Aún no sé qué se hará respecto a ese foro, porque de momento hay otras cosas que me están requiriendo la atención. Les haré un recuento de las últimas semanas.
- Después de meses de orar y esforzarnos en descansar en el Señor, mi nieto, el cual no venía por una orden de restricción que interpuso su mamá, al fin está pasando algunos fines de semana con su papá, por ende conmigo porque vivimos cruzando la calle.
- Mi hijo mayor está enfrentándose a una situación personal muy complicada, y eso lo ha hecho madurar espiritualmente.
- Estas últimas tres semanas practicamos mucho la tolerancia, el perdón y el amor, pues visitando a mi hija y su familia, nos encontramos en la situación de compartir una casa pequeña entre 10 personas ¡Fue toda una experiencia en Cristo!
- Mi hijo menor, mi nuera y yo hemos estado experimentando ciertas dificultades en la iglesia donde nos congregamos; problemas doctrinales principalmente, lo cual nos ha hecho acudir al Señor y preguntarle el siguiente paso que debemos dar al respecto, si nos quedamos o nos vamos.
- Y por último, anoche mi hija y mi yerno, los cuales son pastores de una iglesia y acaban de abrir de nuevo el comedor para niños esta semana, recibieron la noticia de que ya no recibirán el apoyo económico mensual que recibían, pues el hermano que lo proporcionaba tuvo problemas financieros.
Todas estas cosas, y otras más que no mencioné, nos impulsan a buscar más el rostro del Señor para consultarlo en busca de guía, por sabiduría, fortaleza y fe, pues sabemos que Dios nunca permite algo nomás porque sí; Él es Dios de propósitos, y en este proceso estamos, en ver qué nuevas aventuras nos tiene preparadas
Por lo pronto, yo he reanudado las lecciones de discipulado que se suspendieron por las vacaciones, y también la Escuela para Padres que estoy impartiendo a mi otro hijo y mi nuera.
Oro para que en este año 2016 nuestras vidas y las de nuestras familias sean aún más fructíferas en el Señor