Instruye al niño en su camino,Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6)
Debo confesar que, hasta hace unos días, yo siempre me sentí un poco incómoda ante los niños más pequeños de 10 años... Siempre he admirado a los maestros de Preescolar y de primaria, porque ellos se mantienen varias horas intentando trasmitir conocimientos y valores a esos niños, y con mucho éxito la mayor parte de las veces
De manera que hace unos días que el pastor hizo la convocatoria para ver quiénes querrían ayudar en la Escuelita, debido a que varios hermanos estarían de vacaciones y haría falta gente, levanté la mano sólo en obediencia al Señor, aunque todo mi ser se resistía de sólo pensar en aquel mar de niños gritando todos al mismo tiempo, e ingobernables desde mi punto de vista.
El primer día sucedió lo que me imaginé: niños por todos lados, sin poner gran cosa de atención a la clase general, antes de que se repartieran en sus respectivos grupos. Terminé ese día agotadísima, y eso que no tuve a mi cargo ningún grupo; sólo estuve ayudando a la esposa del pastor en cuestiones de logística y de mandadera
Al segundo día, si mal no recuerdo, estando en la clase general viendo cómo la Hna. Cecilia, esposa del pastor, batallaba para que le pusieran atención los niños, pese a que estaba usando micrófono (para entonces ya teníamos como 60 niños), de pronto recordé algo que me había mantenido muy pensativa años atrás.
Bien, si has leído [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], sabrás que mi vida no fue fácil para nada, y que mi primer contacto directo con un cristiano fue cuando uno de mis amigos (declarado, practicante y proselitista homosexual ) se convirtió a Cristo. Entonces hace años leí un libro llamado [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], la autobiografía de Doris Van Stone, una mujer que desde niña sufrió mucho abuso de todo tipo al crecer en orfanatos, pero que el Señor le permitió encontrar en su juventud a un maravilloso hombre cristiano con el cual contrajo nupcias, y con el cual pasó el resto de su vida hasta que él falleció a edad avanzada.
¿Cuál fue el secreto de Doris Van Stone? Que ella le entregó su vida al Señor desde muy niña... ¿Y qué pudo hacer ese milagro? Que en algún momento, cuando ella tenía como cuatro años (si mal no recuerdo), el orfanato donde ella estaba recibió la visita de un grupo misionero. Cuando estos misioneros se estaban despidiendo, uno de ellos se le acercó y, mirándola a los ojos, le dijo: "Nunca olvides que Jesús te ama".
Poca cosa, ¿verdad?... Aparentemente... Pero por medio de esa frase el Espíritu Santo tocó su corazón, y ella entregó su vida a Cristo, de manera que la mayor parte de su vida de sufrimiento ella la vivió SABIENDO que Jesús vivía en su corazón, y que la amaba.
Cuando leí ese libro, como te platico, yo recordé cómo había sido mi vida, y qué tan diferente podría haber sido si tan sólo también yo hubiera recibido un mensaje parecido a ése. Entiendo que a Dios no le plació hacerlo, pero entonces yo le pregunté mucho tiempo ¿Por qué... por qué?
Ese segundo día en la Escuelita de Verano, recordando ese episodio de mi vida, pude percibir claramente la respuesta de mi hermoso Señor y Padre a mi angustiosa pregunta...
Oh, maravilloso Padre... Tú en nada te equivocas, todo lo haces perfecto, y tus planes son los mejores...El Señor escribió:De esta forma estás muy consciente de que los niños necesitan escuchar el mensaje de salvación desde edad muy temprana. De esta forma pudiste aplicarte a instruir a tus hijos en mi Camino, porque inconscientemente recordabas que tú así lo necesitaste y no lo tuviste. De esta forma encontrarás mi fuerza para enfrentarte a este reto y lograrlo, porque sientes en carne propia la urgencia de hacerlo.
Está de más decirte que a partir de ese momento disfruté cada instante de la Escuelita Bíblica, y más al ver el fruto del esfuerzo en Cristo: mi hijo y mi nuera trabajando hombro con hombro junto conmigo.
¿Y quieres más? Pues que dos días también nos acompañó otro de mis nietos que hacía dos años que no convivía con nosotros por problemas que había entre mi hijo y su ex-esposa.
No cabe duda... el Señor que nos llamó de las tinieblas a su Luz Admirable es soberano y Todopoderoso... Él suple lo que falta, corrige lo que está mal, quita lo que estorba, y continúa mostrando sus maravillas a cada paso que damos...
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¡Y que sea de bendición! Al Señor toda la honra, la gloria, la alabanza y el reconocimiento, por los siglos de los siglos.