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    Reglas básicas para prevenir que tus hijos sufran de abuso sexual

    Graciela
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    Reglas básicas para prevenir que tus hijos sufran de abuso sexual Empty Reglas básicas para prevenir que tus hijos sufran de abuso sexual

    Mensaje por Graciela Jue Ene 30, 2014 8:19 pm

    Hasta hace unas décadas, la tendencia era proteger sólo a las niñas del abuso sexual, más que a los varones; pero la depravación ha ido en un aumento tan alarmante, que hoy en día es imprescindible cuidar tanto a las mujercitas como a los varoncitos.

    Reglas básicas para prevenir que tus hijos sufran de abuso sexual No-al-10

    Tengo cuatro hijos: una mujer y tres varones. Los crié prácticamente sola, y una de las cosas que más ocupaban mi concentración era protegerlos contra algún abuso sexual, y también entrenarlos para que supieran cuidarse a sí mismos, dado que entre más crecen los hijos, pasan más tiempo lejos de la supervisión de los padres.

    Después de ver películas como "Secretos de Familia":

    y de ver documentales como el de Beth, la niña que se convirtió en psicópata por haber sido brutalmente abusada sexualmente por su propio padre biológico, desde que ella tenía un año de edad:


    se me eriza la piel sólo de pensar en las estadísticas que aparecen al final del primer video:

    • Dos millones de niños son abusados sexualmente cada año en América Latina y el Caribe.
    • Aproximadamente la mitad ¡vive con su agresor!  OMG 
    • El agresor, en la mayoría de los casos, es un familiar directo.

    ¡Qué impotencia pensar que en este preciso instante muchos niños están aterrorizados viendo caer la noche, porque en muchos casos es cuando comienza el horror para ellos!

    Cuando tuve a mi hija, siendo madre soltera, y atea, Dios tuvo misericordia de mí, dándome la intuición necesaria para darme cuenta que tenía que ser vigilante de día y de noche, suspicaz, maliciosa, precavida, y nada inocente tratándose del cuidado que debía prestar a la conservación de la integridad física y emocional de mi hijita.

    Cuando tuve a mis hijos varones, aún siendo atea, Dios siguió mostrando su misericordia al dotarme de una nueva intuición, ahora para el cuidado de mis hijitos varones. Ruego al Señor Jesucristo haber tenido éxito.

    ¿Cómo podemos ayudar a todos esos niños que están siendo víctimas de abuso sexual por parte de alguien cercano? ¿Cómo podemos prevenir más bien, que lleguen a ser víctimas de tan atroz crimen?

    Bien, aquí va mi granito de arena, y espero en Cristo que, al leer estas líneas, se te ocurran más ideas y te des tu tiempo para agregarlas; estoy completamente segura que el Señor bendecirá este esfuerzo.

    Conforme a mi propia experiencia, he aquí varias reglas básicas que se deben implementar en la rutina diaria y en la educación de los niños, para prevenir que sean abusados sexualmente, y para que ellos mismos aprendan a cuidarse solos:


    1. Nunca dejarlos ir a "pijamadas". Sin excepción. ¿Qué hacía yo? Los dejaba ir, y les decía que les permitiría estar mientras todos los niños estuvieran despiertos. Pero que en cuanto comenzaran a prepararse para irse a dormir, me llamaran por teléfono, y a esa hora yo iba por ellos. La mayor parte de las veces no les traía chiste hacerlo de ese modo, y preferían no ir. Mejor para ellos.
    2. NUNCA darles permiso de quedarse a dormir en casa de nadie, ¡ni de la persona a la que le tengas más confianza! Tus hijos deben dormir contigo en tu propia casa. ¡Punto! ¿Cuándo son lo suficientemente grandes para que les puedas dar permiso? Cuando están en la universidad.
    3. Hacerlos comprometerse (y recordarles constantemente) que JAMÁS irán al baño de la escuela solos; siempre ir acompañados por alguno de sus mejores amigos, de los de más confianza, o mejor, de su propio hermano (como era el caso de mis hijos, que coincidieron durante varios años en la misma Escuela Primaria).
    4. Cuando te percates que hace rato no escuchas ni a tus hijos ni a tu esposo (sea el padre biológico de ellos o no), acércate silenciosamente a la habitación donde estén, de manera que no te escuchen acercarte. Jamás encontré nada fuera de su lugar, pero nunca abandoné esa costumbre; como dije, Dios me dotó de ese instinto de protección, y lo hacía de forma ya instintiva.
    5. Jamás dejes encargados a tus hijos con nadie, y menos si ellos no quieren, y menos si ellos se manifiestan de forma muy enfática negándose a quedarse.
    6. Aunque esto está más que trillado, no está por demás mencionarlo: ¡Pon atención a cualquier cambio de humor de tu hij@! No siempre es a causa de enfermedad, cansancio, exceso de tarea, o drogas, ¡puede estar siendo víctima de alguien!
    7. Habla con ellos claramente de su cuerpo, y de la forma en que pudiera alguien hacerle daño, usando el vocabulario y el estilo de acuerdo a su edad, pero siendo lo más específico posible, sobre todo en cuanto a la forma en que pueden ellos defenderse. Les hablé claramente de lo que NO era aceptable, como que les tocaran ciertas partes de su cuerpo, o mantener conversaciones de temas sexuales con personas mayores, fuera de sus padres o su agüe.
    8. Nunca confíes demasiado en tus hermanos o hermanas; aunque te parezca increíble, ellos podrían ser potenciales agresores sexuales de tus hijos. Recuerda el dicho: la ocasión hace al ladrón.
    9. MUY importante: establece una relación cordial con tus hijos, de manera que puedas asegurarte que tendrán la confianza de contarte TODO lo que pudiera ser potencialmente perjudicial para sus vidas.
    10. NUNCA pienses que lo que te platican (por muy espantoso que sea) es producto de su imaginación. Es preferible que investigues, y posiblemente darte cuenta que en realidad SÍ fue la propia imaginación de ellos, a que ignores y desestimes información que pudiera servir para brindar una ayuda oportuna y pertinente a tus hijos.
    11. Ora al Señor Jesucristo declarando protección sobre tus hijos, y pidiéndole sabiduría y discernimiento para que seas capaz de cumplir con tu responsabilidad.

    De momento son las reglas más básicas que se me vienen a la mente; pero mucho te agradeceré que, de conocer tú otra, nos la dejes aquí, porque no sabemos a qué niño le estaremos salvando su estabilidad emocional y mental a causa de que sus papás lean estas líneas.

    ¡Y que sea de bendición en Cristo!

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