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    Consejos a los esposos (Parte IV)

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    Mensaje por Graciela Sáb Dic 14, 2013 10:37 pm

    Consejos a los esposos (Parte IV) Dental10

    Hno. Ismael Chay escribió:Guarda la relación del matrimonio para Dios.

    Si los esposos no se relacionan debidamente con la esposa, el apóstol Pedro dice que sus oraciones serán estorbadas. Fallar por no vivir consideradamente y debidamente con su esposa afecta negativamente su relación personal con Dios.

    Es decir usted paga el precio, su esposa paga el precio, sus hijos podrían pagar el precio, y su iglesia está pagando el precio; por los indicios o completa inmoralidad sexual o de otro tipo. Ese precio es no recibir las respuestas a sus oraciones y la privación de las promesas de Dios de que todo lo que haga prosperará.

    Paul S. Rees, dijo: “El matrimonio no es un fin en sí mismo; es un medio por el cual podemos crecer en el Señor, y comprender su gloria. El egoísmo quiebra la comunión y destruye la oración.”

    El padre de la iglesia primitiva, Tertuliano, escribió esta carta a su esposa alrededor del 202 d.C. Representa para todos los tiempos la relación ideal entre esposo y esposa.

    “Cuán bello, entonces, el matrimonio de dos cristianos, dos que son uno en la esperanza, uno en el deseo, uno en la forma de vivir que siguen, uno en la religión que practican”

    “Son como hermanos, ambos siervos del mismo Amo. Nada los divide, ni en la carne ni en el Espíritu. Ellos son en realidad, dos en una carne; y donde no hay sino una carne, tampoco hay sino un espíritu.”

    “Oran juntos, adoran juntos, ayunan juntos, se enseñan el uno al otro, se animan el uno al otro, se fortalecen el uno al otro.”

    “Codo con codo afrontan las dificultades y las persecuciones, comparten sus consolaciones. No tienen secretos el uno con el otro, nunca rehúye el uno la compañía del otro; nunca el uno le trae pesar al corazón del otro. Salmos e himnos se cantan el uno al otro.”

    “Oyendo y viendo esto, Cristo se goza. A los tales Él les da su paz. Donde hay dos juntos, allí también está Él presente, y donde Él está, el mal no está.”

    Hace varios años en una ceremonia de matrimonio, la niña que llevaba las flores se atrajo el espectáculo. Cuando venía por el pasillo, se detenía después de cada paso, cuidadosamente extraía unos pocos pétalos de su cesta, y cuidadosamente los ponía sobre la alfombra. Era una larga entrada de dieciocho hileras de asientos hasta el altar, y pensé que ella nunca lo alcanzaría. Los asistentes con discreción se reían mientras esa niña suavemente realizaba su tarea de preparación del camino para la novia. Cuando terminó la boda, hablando al novio le dije: “Ahora tienes la misma tarea que la niña de las flores. Tu tarea, como esposo, es esparcir flores en la senda por la que caminará tu esposa.”

    Conclusión:

    ¿Cuán bien está su hogar? ¿Es usted una esposa conciliadora? ¿Un esposo conciliador?

    A diferencia de Tertuliano, Sam Shoemaker habló una vez acerca del hecho de que pudiéramos no hallar la utopía en el hogar cristiano, que “el hogar cristiano no es uno en que las relaciones son perfectas… sino uno en que se reconocen las imperfecciones y donde se resuelven los problemas con oración y obediencia a la luz que Dios envía. En tales hogares hay gran libertad para que las personas digan lo que piensan y expresen lo que sienten. … A las personas se les permite crecer, cometer errores, ser ellas mismas, reír.”

    Esa es mi interpretación del inicio de una vida de matrimonio, hacer sendas suaves y derechas en tu vida siempre, siempre, si quieres ser un esposo conciliador, si quieres ser bienaventurado pacificador (conciliador) y ser llamado hijo de Dios, Mat 5:9. Todo lo que hagas, (para tu esposa) hazlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, Col 3:23.

    Todos tendremos buenos matrimonios cuando hagamos eso el uno por el otro.

    Oro por eso para su hogar.

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