¿Acostumbrabas congregarte, y de un tiempo para acá has dejado de ir a la iglesia?Oseas 7:8-11 escribió:Efraín se ha mezclado con otros pueblos. Efraín es como una torta cocida solamente por un lado. Gente extraña ha acabado con sus fuerzas sin que él se diera cuenta. ¡Hasta el pelo se le puso blanco sin que él se diera cuenta! El orgullo de Israel es testigo en contra suya. Con todo, ellos no se volvieron ni buscaron al Señor su Dios. Efraín es como una paloma atolondrada, sin inteligencia: pide ayuda a Egipto, acude luego a Asiria…
¿Te bautizaste, y desde entonces comenzaste a alejarte del Señor, de los hermanos y de la iglesia?
¿Vas a la iglesia, pero sólo como una rutina, y aun cuando oras, cantas y levantas las manos, al salir te sigues sintiendo vacío?
¿De un tiempo para acá vas leyendo la Biblia cada vez más esporádicamente, y siempre tienes algo qué hacer, y pospones la lectura para después?
¿Has dejado de disfrutar la música cristiana, y escuchas canciones mundanas a veces sólo por seguir la corriente a la gente con la que te estás relacionando?
Lamentablemente estas cosas son demasiado frecuentes dentro del pueblo de Dios; miles de años atrás ya sucedían. Todo el Antiguo Testamento está plagado de casos de desobediencia del pueblo de Israel, seguido por la amonestación de algún profeta y las advertencias de lo que sucederá si persisten en la desobediencia.
Cuando más tiempo dejamos pasar permaneciendo así, más difícil nos cuesta volver al camino, pese a las advertencias que leemos en la Biblia (aunque por lo general en situaciones así, lo primero que dejamos es la lectura de la Palabra de Dios), y a pesar de conocer las promesas de restauración cuando nos arrepentimos.
¿Verdad que es desconcertante que ocurran estas cosas? Sólo quienes hemos pasado por esto, podemos comprender que un hijo de Dios, que ha saboreado las mieles del compañerismo con Jesucristo, que ha experimentado en carne propia los milagros y prodigios que sólo Dios puede hacer, y que ha sabido lo que es vivir en la paz que sobrepasa todo entendimiento, aún en medio de problemas… pueda alguna vez permitirse alejarse de ese paraíso, para irse a refugiar al rincón más oscuro y asqueroso que encontró, en donde sólo experimenta angustia, desesperación, temor, miedos, enojos, odios, resentimientos, fracasos y mucha infelicidad. Pero incluso si nunca lo hemos experimentado, podemos pedirle al Señor empatía para comprender a estos hermanos, e interceder por ellos con carga en nuestro corazón.
Hay muchas razones por las cuales un hijo de Dios no regresa pronto al redil. Entre ellas están básicamente:
- Desconocimiento del carácter de Dios, por no haber tenido el hábito de leer y escudriñar las Escrituras.Oseas 4:6 escribió:Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.
- De aquí se derivan todas las demás.
- Sentimiento de vergüenza (haber pecado tanto y por tanto tiempo, que se siente que no hay perdón para nosotros).
- Por haber lastimado mucho a otros a causa de nuestra conducta (se nos hace un mundo pensar en que necesitaremos ir a pedir perdón a cada persona, y a confesar todos nuestros pecados).
- Hemos comprometido nuestra vida y nuestras relaciones personales con personas que no reconocen a Dios.Proverbios 12:4 escribió:La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos.
- Buscamos ayuda en otras partes donde lógicamente no la encontraremos, aún a sabiendas: en el dinero, en el trabajo duro, depositando nuestras esperanzas en las personas, en nuestras propias fuerzas.Oseas 7:11 escribió:Efraín fue como paloma incauta, sin entendimiento; llamarán a Egipto, acudirán a Asiria
- Nos rodeamos de personas que nos brindan consejos que están fuera totalmente de las reglas de Dios, y por lo tanto los resultados son más quebranto y fracasos.2 Timoteo 2:16—17 escribió:Evita palabrerías mundanas y vacías, porque los que hablan así, se hunden cada vez más en la maldad y su enseñanza se extiende como un cáncer.
- • Estamos enfrascados en una vorágine de actividades y afanes de la vida, y no nos damos tiempo para meditar en las razones por las cuales las cosas no nos salen bien, y que aunque trabajamos duro seguimos experimentando fracaso tras fracaso; en todo este proceso les damos un pésimo ejemplo a nuestros hijos y a toda la gente que nos rodea.Lucas 6:39 escribió:Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
- Todo este estrés no nos da ni tiempo para guiar y educar bien a nuestros hijos, y después nos asombramos y lamentamos de que les comience a ir mal.Oseas 4:6 escribió:Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Porque tú desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Las consecuencias de todo este desastre en que convertimos nuestras vidas no sólo nos afectan a nosotros, sino también a toda la gente que nos ama y a la que le importamos.
No seamos como Efraín, tortas a medio cocimiento… Cuando nos convertimos a Cristo, Él comenzó en nosotros una obra de limpieza, purificación y santificación.
Por muy aptos, buenos, eficientes, maravillosos, competentes y valiosos que nos hayamos sentido antes de llegar a los pies de Cristo, es necesario que todo lo de adentro que es estorbo, sea removido, para que Él pueda edificar en nosotros todo nuevo.Marcos 13:1-2 escribió:Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús respondiendo, le dijo: ¿Ves esos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Permitamos que el Señor termine la obra en nosotros; es la única forma de vivir la vida con el éxito y la felicidad asegurados.Filipenses 1:6 escribió:estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Recuerda: siempre hay restauración para un hijo de Dios que se arrepiente y desea volver al camino del Señor.
El amor y la misericordia del Señor son infinitas.1Juan 2:1 escribió:Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo
En cualquier momento puedes acercarte a Él clamando por su perdón; Él está siempre listo para recibirte, y nunca te despreciará ni te rechazará.Salmos 51:17 escribió:Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
¿Has lastimado a mucha gente, o te has enemistado con tus seres queridos? El Señor mismo te da la oportunidad de pedir perdón sinceramente, y si la otra persona también está en Cristo, ten por seguro que la relación se restablecerá por el tremendo poder restaurador del amor de Jesús.
¿Te sientes herido y lastimado contra algunas personas? Perdónalos inmediatamente, para que puedas ir delante del Señor a solicitar el perdón para ti.Mateo 18:21-22 escribió:Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
¿Te has relacionado íntimamente con personas que no comparten tu fe en Dios? Lo primero es dejar inmediatamente de participar en actividades que no son agradables a Dios, y adoptar una conducta apropiada para un hijo de Dios.Mateo 6:14 escribió:Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.
Es muy importante que lo hagas lo más rápido posible, pues de esta forma todo tu ser comenzará a “alimentarse” en forma saludable ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]), y empezará a haber buenos frutos.Efesios 5:7 escribió:No seáis, pues partícipes con ellos.
Entre más pronto te decidas a cambiar, más probabilidades tienes de que tus hijos no sufran las consecuencias de tu desobediencia, según la justicia de Dios.Romanos 12:2 escribió:No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
¿Qué caso tiene que insistas en permanecer sumergido en ese lodo cenagoso, luchando infructuosamente por respirar, apenas sobreviviendo? Eso no es vida. No es para eso para lo que te llamó el Señor.Oseas 9:11-12 escribió:La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones. Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte! Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza.
Si estás decidido a terminar con este alejamiento; si deseas retomar el camino del Señor, te invito a que hagas esta oración:Juan 10:10 escribió:El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Si no tienes hijos, cambia “mis hijos”, por “mi descendencia”, porque debes saber que aunque no seas padre o madre todavía, si algún día llegas a tener hijos, y aún permaneces en desobediencia, las consecuencias también serán para ellos.Señor, reconozco que me he desviado del camino que me señalaste; no he permitido que cumplas tu propósito en mí, y eso me ha ocasionado puro sufrimiento, tristezas, problemas y fracasos. Quiero volver a sentir el gozo de tu compañía, y la paz aún en medio de las aflicciones, que sé que sólo tú puedes dármela. Te pido perdón por todo este tiempo que he vivido según mis propias reglas, y según mi propio parecer; renuncio en este momento a este estilo de vida, y decido retomar la lectura de la Biblia, la asistencia regular a la iglesia, mi devocional diario, a alimentarme sólo de lo que tú me das, y esforzarme a permanecer en tu camino. Perdono a los que me han fallado o herido, y te pido que me des la oportunidad de pedir perdón a quienes he lastimado. Ayúdame a restaurar todas las relaciones que se han roto a causa de mi alejamiento de tu hermosa presencia, y no permitas que vuelva a alejarme nunca. Cubro con tu sangre preciosa a mis hijos, y clamo por tu misericordia para que no caiga sobre ellos la consecuencia de mi desobediencia. Tomo de nuevo el pacto contigo, en el Nombre de Jesús. Amén.
Y si eres un hijo de Dios que desea agregar algo para enriquecer este tema, te agradeceré infinitamente que lo hagas, porque todo será para edificación del cuerpo de Cristo.
Espero en Cristo que te haya sido de bendición, y me gustaría mucho conocer los resultados de esta oración. ¡Que el Señor te bendiga!