Después de 20 años de estar en Cristo, y escuchado a cientos de predicadores, me he dado cuenta que casi todos tienen su propio estilo personal.
Los hay muy graciosos, que salpican su predicación con chistes y bromas. Otros son muy serios y formales, por lo general siempre con la Biblia en la mano. Algunos están muy modernizados, y predican con su tablet o laptop, pese a la opinión de los tradicionalistas. Tampoco pueden faltar los que aún no tienen definido su propio estilo, y son una mezcla de todos, o a veces predican de un modo, y a veces de otro.
Y hay para todos los gustos. Puede ser que no te caigan bien los chistes en las predicaciones, y prefieras al predicador serio y circunspecto. O por el contrario, tal vez prefieras que te espanten la somnolencia con un chistecito de vez en cuando...
De cualquier forma, lo importante de toda predicación es en primer lugar, que haya sido inspirada, y sea dirigida por el Espíritu Santo. En segundo lugar, que el mensaje sea trasmitido de la forma correcta. La primera parte es de Dios, y la segunda parte está a cargo del predicador mismo, el cual debe tomar en cuenta que
Los hay muy graciosos, que salpican su predicación con chistes y bromas. Otros son muy serios y formales, por lo general siempre con la Biblia en la mano. Algunos están muy modernizados, y predican con su tablet o laptop, pese a la opinión de los tradicionalistas. Tampoco pueden faltar los que aún no tienen definido su propio estilo, y son una mezcla de todos, o a veces predican de un modo, y a veces de otro.
Y hay para todos los gustos. Puede ser que no te caigan bien los chistes en las predicaciones, y prefieras al predicador serio y circunspecto. O por el contrario, tal vez prefieras que te espanten la somnolencia con un chistecito de vez en cuando...
De cualquier forma, lo importante de toda predicación es en primer lugar, que haya sido inspirada, y sea dirigida por el Espíritu Santo. En segundo lugar, que el mensaje sea trasmitido de la forma correcta. La primera parte es de Dios, y la segunda parte está a cargo del predicador mismo, el cual debe tomar en cuenta que
Agradezco a Dios por los predicadores que toman en cuenta no sólo su gusto personal, sino más bien al auditorio al cual irá dirigida su prédica, ya que suele ser muy molesto escuchar predicaciones con muletillas, o ciertos recursos que, por ser demasiado repetitivos, llegan a ser chocantes. Esto provoca a veces que no se perciba en su totalidad la belleza de la Palabra de Dios.Marcos 4:33 escribió:De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como éstas, según podían entender.