Lo primero que se nos viene a la mente es "hacer cosas para" Dios
- Trabajar para una persona.
- Ser útil una cosa para un determinado fin
En la primera connotación se habla de actos, acciones, hechos. En la segunda se habla de calidad de esos actos, acciones o hechos.
Por lo general, como dije, al hablar de "servir a Dios", en lo primero que pensamos es en hacer esto, lo otro o aquello para Dios.
Sin embargo, no todo lo que hacemos para Dios le "sirve" a Él; es decir, no todo lo que hacemos o en el tiempo que lo hacemos, es del agrado de Él, o cumple a los fines que Él tiene en mente.
Un ejemplo servirá:
Había un hombre que estaba trabajando en su jardín, limpiándolo de las yerbas malas; su hijita de 5 años estaba con él haciéndole miles de preguntas. En eso la esposa le habla diciéndole que tiene una llamada; el papá se levanta y se va a responder el teléfono, y la niña se queda en el jardín.
Cuando el hombre regresa, la niña muy feliz con sus manitas llenas de tierra, le dice "Papito, te ayudé y terminé con lo que estabas haciendo", mostrándole los manojos de flores echados a un lado. El papá monta en cólera al ver sus preciosas flores arrancadas de raíz, y la niña se queda muy perpleja diciéndole "Pero papito, tú las estabas arrancando", a lo que el padre responde "¡Pero las yerbas malas, no las flores!"
Cuidémonos de hacer las cosas para Dios en el tiempo y en la forma en que Él lo indique, para no terminar arrancando las flores en vez de las yerbas malas; aprendamos cada vez más de Él para poder servirle en todos los aspectos