Esto lo decía yo siempre a los padres de mis alumnos, sobre todo a aquellos padres solteros (divorciados, dejados, viudos, solteros).
Esta película trata sobre las circunstancias en que Helen Keller, una niña ciega y sorda (y que por lo tanto no sabía hablar), logra comunicarse con el mundo que la rodeaba a través de la guía de una extraordinaria mujer llamada Anne Sullivan.Hubo una versión anterior en blanco y negro, y según las críticas, en ésta la actuación de la niña es todavía mejor. En fin, el punto es analizar las circunstancias en que se produjo ese milagro.
Al parecer los padres de Helen no eran capaces de lidiar con la discapacidad de la niña, y la salida más fácil y rápida era adaptarse a las necesidades de la niña, sin ocuparse de enseñarle prácticamente nada, y sin detenerse a pensar qué pasaría con ella en caso de que sus padres le faltaran.
Esta actitud no es privativa de los padres de Helen Keller; lamentablemente es de lo más común encontrar padres que, en un mal entendido amor por sus hijos, les cumplen sus caprichos sin percatarse de que en realidad el mensaje que envían es:
"No te considero tan inteligente como para que seas susceptible de aprender; de hecho creo que eres un ser con retraso mental. Por eso mejor ni me molesto en intentar enseñarte a respetar mis necesidades, y sólo me adapto a las tuyas".
¡Lo siento, no podía evitar escandalizarme! ¿O sea que ya a los 6 años el niño tomaba por sí mismo una decisión trascendental, la de no desayunar, y su voluntad se imponía a la autoridad de los padres y a su responsabilidad de alimentar adecuadamente a sus hijos?
¿Y qué me dicen de aquella madre que decide acceder al capricho de su bebé de año y medio o dos años de no tomar leche, o de no comer verduras o huevo?
Si Helen Keller, siendo ciega, sorda y prácticamente muda (por no poder escuchar sonidos) pudo aprender a comunicarse, a leer, a escribir, a estudiar, a obtener un título universitario, a dar conferencias (porque sí, también aprendió a hablar)... ¿Será que nuestros niños mexicanos son tan retrasados que son incapaces de aprender la importancia de la alimentación?
¿Cuáles fueron las herramientas de Anne Sullivan? Ciertamente una de las más importantes: la ausencia total de lástima por la niña Helen. No la intimidaban sus berrinches ni sus rabietas, porque trabajaba en ella por un bien superior: capacitarla para enfrentarse con éxito a la vida, al mundo, a manejar su propia vida. ¿No es ésta una mayor muestra de amor, que aquélla malentendida de dejar a los hijos hacer su voluntad? ¿O será que no queremos invertir ningún ápice de energía en esa difícil tarea de educar adecuadamente a un niño, y preferimos escudarnos en esa trillada frase de "es que así es él, hay niños así..." para justificar el que nos demos por vencidos sin siquiera haber comenzado a luchar?
Espero que disfruten la película, y también sus comentarios. ¡Que sea de bendición!