¿Qué es la murmuración?
Pero... ¿te has detenido a analizar qué es lo que motiva a una persona a murmurar? Todo Éxodo y todo Deuteronomio están llenos de anécdotas en que el pueblo de Israel "murmuró" contra Jehová. ¿Te los puedes imaginar?
Y bueno, la respuesta más simple es: la murmuración surge cuando una persona está molesta contra la otra... Ah, pero ¿de dónde surge la molestia?
Ya pensándolo bien, concluí que hay tres orígenes básicos para la murmuración:
¿Estás de acuerdo conmigo?
No necesito justificar el por qué menciono la envidia. Básicamente murmuro de alguien que tiene algo que yo en el fondo desearía tener, pero no quiero reconocerlo; así que mejor trato de desvirtuar o desacreditar a la persona, para que no pueda disfrutar de tener lo que yo quiero, y no tengo.
El segundo origen. No quiero sentir que solamente soy yo la persona que tiene esa mala opinión de aquella otra persona; necesito demostrarme a mí mismo y a los demás, que otras personas comparten mi punto de vista.
¿El orgullo? Fácil. Murmuro porque siento que si no hago nada yo, nadie lo hará. La gente me necesita, necesita que yo tome la iniciativa para poner orden o para darle solución a ese problema que a todos nos está afectando.
Lo que no queremos reconocer, a pesar que una y otra vez pasa lo mismo, es que la murmuración JAMÁS da buenos resultados. ¿A poco creemos que Dios no sabe o no está en conocimiento de lo que nos incomoda?
Es cierto, a veces sucede que obtenemos un resultado, pero nos perdimos la oportunidad de crecer espiritualmente; porque aún cuando el resultado sea favorable a nuestros propósitos, siempre existe el riesgo de que pensemos: "Se resolvió porque yo tuve que hacer algo; de otra manera, todavía estuviéramos aguantando.... (el problema)... De no haber sido por mí..." Y somos incapaces de reconocer la misericordia de Dios, y que Él siempre cumple sus propósitos.
Así que, en lugar de ir en dirección horizontal, al oído de otra persona, la siguiente vez que algo no nos guste, mejor levantemos nuestro rostro al cielo, y dirijamos nuestra voz al oído del Señor.
Y por si no ha quedado claro, hay sinónimos:Wikipedia escribió:La murmuración es una actividad humana que consiste en hablar de alguien - tan bien como mal, aunque generalmente de forma desfavorable - sin que la persona en cuestión esté presente.
Quise poner esta definición sólo para puntualizar, aunque de cierto que todos estamos más que familiarizados con esa práctica. Yo siempre he dicho que el hablar de los demás es uno de los manjares más suculentos de la vida, y uno de los más difíciles de resistir. Después de todo, ¿cómo vas a dejar a tu amigo/a hablando solo de la otra persona? No es cortés ¿verdad?Wikipedia escribió: Algunos sinónimos de murmuración son habladuría, comadreo, chisme
Pero... ¿te has detenido a analizar qué es lo que motiva a una persona a murmurar? Todo Éxodo y todo Deuteronomio están llenos de anécdotas en que el pueblo de Israel "murmuró" contra Jehová. ¿Te los puedes imaginar?
Y bueno, la respuesta más simple es: la murmuración surge cuando una persona está molesta contra la otra... Ah, pero ¿de dónde surge la molestia?
Ya pensándolo bien, concluí que hay tres orígenes básicos para la murmuración:
- La envidia.
- La necesidad de contar con aliados y formar un frente común.
- El orgullo.
¿Estás de acuerdo conmigo?
No necesito justificar el por qué menciono la envidia. Básicamente murmuro de alguien que tiene algo que yo en el fondo desearía tener, pero no quiero reconocerlo; así que mejor trato de desvirtuar o desacreditar a la persona, para que no pueda disfrutar de tener lo que yo quiero, y no tengo.
El segundo origen. No quiero sentir que solamente soy yo la persona que tiene esa mala opinión de aquella otra persona; necesito demostrarme a mí mismo y a los demás, que otras personas comparten mi punto de vista.
¿El orgullo? Fácil. Murmuro porque siento que si no hago nada yo, nadie lo hará. La gente me necesita, necesita que yo tome la iniciativa para poner orden o para darle solución a ese problema que a todos nos está afectando.
Lo que no queremos reconocer, a pesar que una y otra vez pasa lo mismo, es que la murmuración JAMÁS da buenos resultados. ¿A poco creemos que Dios no sabe o no está en conocimiento de lo que nos incomoda?
Es cierto, a veces sucede que obtenemos un resultado, pero nos perdimos la oportunidad de crecer espiritualmente; porque aún cuando el resultado sea favorable a nuestros propósitos, siempre existe el riesgo de que pensemos: "Se resolvió porque yo tuve que hacer algo; de otra manera, todavía estuviéramos aguantando.... (el problema)... De no haber sido por mí..." Y somos incapaces de reconocer la misericordia de Dios, y que Él siempre cumple sus propósitos.
Así que, en lugar de ir en dirección horizontal, al oído de otra persona, la siguiente vez que algo no nos guste, mejor levantemos nuestro rostro al cielo, y dirijamos nuestra voz al oído del Señor.
Última edición por Graciela el Sáb Feb 20, 2016 5:38 pm, editado 1 vez