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El tema de las ofensas, sobre todo cuando las dirigen contra uno en forma inmerecida, siempre ha sido objeto de grandes polémicas.
La gran mayoría de las telenovelas mexicanas tratan acerca de "el que me la hace, me la paga", o "serás muy tont@ si lo dejas salirse con la suya", y cosas así.
La verdad es que es extremadamente difícil perdonar cuando alguien te está ofendiendo; incluso conservar la calma nos cuesta mucho trabajo. Y es que la corriente del mundo siempre nos está impulsando a "no dejarnos", a "no ser tontos" ni "dejados".
Y cuando encontramos a alguien que aparentemente conserva la calma y no reacciona ante las ofensas, tendemos a interpretarlo como que es una "buena persona", siendo incapaces de mirar en su interior.
Así como el caso de Stanley, en "La Máscara", ¿recuerdan esa película?
Al principio de la película llaman a Stanley "bueno", de los que ya escasean. El punto es que Stanley era un hombre pusilánime y mediocre, que provocaba y permitía que el jefe lo tratara mal; pero como todo se lo guardaba (el coraje, la frustración, la amargura, el odio) y nunca decía nada, se le catalogó como "hombre bueno".
Sin embargo, la trama de la película precisamente trata de lo que pasa cuando esa "bondad" es sólo de apariencia.
Todo esto se me vino a la mente porque hace cinco días leí algo en la Biblia:
Como la de Perlita, la Ladronzuela de Yolanda Vargas Dulché (y espero no equivocarme en mi recuerdo del personaje).
Oh, yo sé que la mayoría de ustedes no saben quién fue [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], y menos Perlita. Pero pueden ver su biografía.
Perlita (personaje de una de las historietas de la Sra. Vargas), era una joven vagabunda que por azares de su vida tuvo que pasar una temporada en un convento, donde hizo ver su suerte a una de las mojitas.
Tiempo más tarde, ya en proceso de regeneración (porque por supuesto la rescató el galán millonario), pasó otra temporada en el mismo convento; en ese tiempo, la pusieron bajo las órdenes de la monjita a la cual Perlita había molestado con sus travesuras.
Dicha monjita vio la oportunidad de tomar revancha de las insolencias de Perlita, y la puso una y otra vez a limpiar los pisos de baldosas del convento. Nunca estaba conforme: cuando Perlita pensaba que ya había terminado, la monjita volvía y la hacía repetir la limpieza, argumentando que el piso aún continuaba sucio.
A diferencia de la Perlita de la temporada anterior, esta Perlita en proceso de restauración no se quejaba ni se rebelaba. Al contrario, Perlita le decía a la monjita: "Está bien, madre; volveré a limpiar esa mancha que solamente usted ve"; porque Perlita estaba decidida a ser obediente y a someterse a disciplina y autoridad.
Ésta sí que fue una mansedumbre dinámica, activa y poderosa; y como
Al final de la historia, las dos se convirtieron en excelentes amigas.
Así que... como dice el dicho: "No todo lo que brilla es oro".
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La gran mayoría de las telenovelas mexicanas tratan acerca de "el que me la hace, me la paga", o "serás muy tont@ si lo dejas salirse con la suya", y cosas así.
La verdad es que es extremadamente difícil perdonar cuando alguien te está ofendiendo; incluso conservar la calma nos cuesta mucho trabajo. Y es que la corriente del mundo siempre nos está impulsando a "no dejarnos", a "no ser tontos" ni "dejados".
Y cuando encontramos a alguien que aparentemente conserva la calma y no reacciona ante las ofensas, tendemos a interpretarlo como que es una "buena persona", siendo incapaces de mirar en su interior.
Así como el caso de Stanley, en "La Máscara", ¿recuerdan esa película?
Sin embargo, la trama de la película precisamente trata de lo que pasa cuando esa "bondad" es sólo de apariencia.
Todo esto se me vino a la mente porque hace cinco días leí algo en la Biblia:
Entonces esta mansedumbre no es como la de Stanley, sino todo lo contrario. Esta mansedumbre de que habla la Biblia es dinámica, activa y poderosa.Eclesiastés 10:4 escribió:Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.
Como la de Perlita, la Ladronzuela de Yolanda Vargas Dulché (y espero no equivocarme en mi recuerdo del personaje).
Oh, yo sé que la mayoría de ustedes no saben quién fue [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], y menos Perlita. Pero pueden ver su biografía.
Perlita (personaje de una de las historietas de la Sra. Vargas), era una joven vagabunda que por azares de su vida tuvo que pasar una temporada en un convento, donde hizo ver su suerte a una de las mojitas.
Dicha monjita vio la oportunidad de tomar revancha de las insolencias de Perlita, y la puso una y otra vez a limpiar los pisos de baldosas del convento. Nunca estaba conforme: cuando Perlita pensaba que ya había terminado, la monjita volvía y la hacía repetir la limpieza, argumentando que el piso aún continuaba sucio.
A diferencia de la Perlita de la temporada anterior, esta Perlita en proceso de restauración no se quejaba ni se rebelaba. Al contrario, Perlita le decía a la monjita: "Está bien, madre; volveré a limpiar esa mancha que solamente usted ve"; porque Perlita estaba decidida a ser obediente y a someterse a disciplina y autoridad.
Ésta sí que fue una mansedumbre dinámica, activa y poderosa; y como
el amor con que Perlita decidió obedecer a la monjita rindió sus frutos. Con el paso de los días, y al ver que Perlita no abandonaba su actitud sumisa y obediente, la monjita fue a confesarle a la madre superiora el pecado que estaba cometiendo contra la jovencita.1Pedro 4:8 escribió:Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
Al final de la historia, las dos se convirtieron en excelentes amigas.
Así que... como dice el dicho: "No todo lo que brilla es oro".
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