El Verdadero Cristiano está siempre vigilante, en espera de la hora en la que va a venir su Señor.
El Verdadero Cristiano tiene siempre el aceite de su lámpara listo, para velar y orar ya que aunque la noche está muy avanzada, su Señor puede llegar en un momento a otro.
El Verdadero Cristiano está preparado para recibir al Esposo. Está en vela y sus ojos escudriñan el cielo en espera de la aparición de su Señor.
El Verdadero Cristiano está alejado de las cosas del mundo, procura no contaminarse con nada que pueda manchar sus vestiduras, pues sabe que nada corrompido e inmundo entrará en el reino de los Cielos.
El Verdadero Cristiano no se mezcla con los ritmos mundanos, con la música de taberna, con los ritmos que incitan al sexo. Alaba y glorifica siempre a su Señor con los gloriosos Himnos que nos han heredado los grandes siervos del Señor.
El Verdadero Cristiano rechaza enfáticamente el 'Reino Ahora' y la Doctrina de la Prosperidad. Busca siempre la sana doctrina, la cual le hace limpio y aceptable para su Señor.
El Verdadero Cristiano sabe que Cristo Viene, y no pierde su tiempo en modas pasajeras, en frivolidades que le hagan apartar sus ojos de su Señor y quitar la mano del arado.
El Verdadero Cristiano es radical. O sirve a su Señor o de plano no es nada.
El Verdadero Cristiano lleva con orgullo el nombre de su Señor y marcha victorioso a la Ciudad Eterna donde vivirá y reinará con EL para siempre...
El Verdadero Cristiano tiene siempre el aceite de su lámpara listo, para velar y orar ya que aunque la noche está muy avanzada, su Señor puede llegar en un momento a otro.
El Verdadero Cristiano está preparado para recibir al Esposo. Está en vela y sus ojos escudriñan el cielo en espera de la aparición de su Señor.
El Verdadero Cristiano está alejado de las cosas del mundo, procura no contaminarse con nada que pueda manchar sus vestiduras, pues sabe que nada corrompido e inmundo entrará en el reino de los Cielos.
El Verdadero Cristiano no se mezcla con los ritmos mundanos, con la música de taberna, con los ritmos que incitan al sexo. Alaba y glorifica siempre a su Señor con los gloriosos Himnos que nos han heredado los grandes siervos del Señor.
El Verdadero Cristiano rechaza enfáticamente el 'Reino Ahora' y la Doctrina de la Prosperidad. Busca siempre la sana doctrina, la cual le hace limpio y aceptable para su Señor.
El Verdadero Cristiano sabe que Cristo Viene, y no pierde su tiempo en modas pasajeras, en frivolidades que le hagan apartar sus ojos de su Señor y quitar la mano del arado.
El Verdadero Cristiano es radical. O sirve a su Señor o de plano no es nada.
El Verdadero Cristiano lleva con orgullo el nombre de su Señor y marcha victorioso a la Ciudad Eterna donde vivirá y reinará con EL para siempre...