De tríos, corridos, románticas, etc.
Por cinco meses fuimos confidentes y nos convertimos en buenas amigas; ella estaba en el punto de querer hacer cambios en su vida, y ése era el motivo por el que se había decidido a aceptar la invitación a cursar la Escuela de Discipulado. Teníamos mucho en común; su camino yo ya lo había recorrido, así que estaba en condiciones de darle consejos.
Cuando terminamos nuestra Cruzada Evangelística fue como despertar de un sueño y volver a la realidad de nuestras vidas. Para ella esto representó regresar al mismo ambiente, a casa de sus padres, y rodeada de la misma gente (incluyendo al menos a uno de los dos padres de sus hijos).
A las pocas semanas de nuestra graduación, yo me fui a pasar tres meses a Hawaii como voluntaria; ella volvió a casa, y aunque intentamos mantenernos en contacto, fue difícil.
En una de esas ocasiones en que pudimos platicar largamente, me comentó que estaba inquieta porque el antiguo novio del que sí se había enamorado, y padre de algunos de sus hijos, había comenzado a cortejarla de nuevo. En su tono pude notar el típico nerviosismo de las mariposas en el estómago... Recordé entonces que en algún momento de los meses anteriores, me había comentado que le seguían gustando mucho las canciones románticas; en aquel momento tuvimos un pequeño debate sobre la conveniencia o inconveniencia de escuchar ese tipo de música.
Así que le pregunté si seguía escuchando ese tipo de música, y reconoció que sí, que la seguía escuchando; con esa respuesta me pude percatar del panorama completo.
¿Qué relación había entre que ella siguiera escuchando esas canciones, y la inquietud casi incontrolable que sentía ante el cortejo de su antiguo novio?
No quiero decir que su inquietud estaba ocasionada únicamente por escuchar esa música romántica; pero definitivamente era un factor determinante para su estado de ánimo, y su sensación de incapacidad para poder controlar ese cúmulo de emociones.
¿Qué es lo que pasa con este tipo de canciones? ¿Será que es muy farisaico recomendar que los cristianos no las escuchemos?
En base a mi propia experiencia, y de acuerdo a la Palabra de Dios:
en primer lugar, la inconveniencia de escuchar este tipo de música es porque, al no glorificar a Dios en sus letras, son de "este siglo", y por lo tanto no debemos escucharlas para no "conformarnos a este siglo".Romanos 12:2 escribió:No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
En segundo lugar, está el asunto de cómo nos afecta ese tipo de letras.
En la página de Internet [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], dicen:
La música ejerce un gran poder sobre nuestro estado de ánimo
Casi todas las canciones románticas, baladas, de tríos, corridos, etc., llevan inherentes ciertas emociones en sus letras: frustración, celos, envidia, resentimiento, tristeza, depresión, angustia, nostalgia, etc. Entonces, tomando en cuenta la información de la página mencionada:
las vibraciones llegan a nuestro cerebro a través de nuestros oídos.Sin embargo cuando estamos contentos nos invade la necesidad de escuchar música con mucha energía, y esas vibraciones llegan a nuestro cerebro en forma de ondas activando los centros de placer, las regiones asociadas con las emociones y áreas encargadas de interpretar el lenguaje.
Pero... ¿será sólo un efecto físico, provocado por causas físicas? No lo creo.
Si la fe viene por el oír la Palabra de Dios, ¿qué vendrá por oír canciones que hablan de depresión, celos, envidia, rabia, angustia, etc.?Romanos 10:17 escribió:Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Está claro que las letras de estas canciones exacerban a tal grado las emociones que existen en nuestra naturaleza humana, fortaleciéndolas y sacándolas a flote, permitiendo que cada vez controlen más y más nuestras reacciones, y por ende, nuestra toma de decisiones.
Todo esto me lo reveló el Señor en el momento en que mi amiga me respondió "Sí, sigo escuchando esa música; no puedo dejarla, me gusta demasiado". Y ése fue el consejo que le di: no te conviene escucharla, porque eso debilita tu espíritu, que desea obedecer a Dios, y se está fortaleciendo tu carne que no se somete a Dios.
¿Y qué hay de la música instrumental?
Existen canciones cristianas de las cuales después de hacen interpretaciones instrumentales; si las conoces de antemano, simplemente estás "escuchando" la letra implícita en la interpretación.Pero cuando la pieza instrumental es clásica, de orquesta, sin voces, sólo instrumentos... También tienen vibraciones que entran por nuestros oídos a nuestro cerebro, afectando nuestras emociones → reacciones → decisiones. Al momento de que escuchamos sólo instrumentos, sin letra, prácticamente estamos abriendo la puerta al enemigo para que por ahí introduzca a nuestra mente cualquier tipo de emociones que a él le convengan, con tal de lograr hacernos caer en las tentaciones con las que constantemente nos está bombardeando.
Ahora... ¿realmente es necesario que escuchemos música que no tenga letra cristiana?
Tal vez me sea difícil discernir si algo me conviene o no. Pero con la segunda parte el concepto se aclara. Ok, puedo no saber si algo me conviene; pero definitivamente puedo saber si algo me "edifica" o no.1 Corintios 10:23 escribió:Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
El problema no es sólo que las letras NO glorifiquen a Dios; si un hijo de Dios escucha música mundana ¿en qué se diferencia de la gente del mundo? Por otro lado, cuando escuchamos ese tipo de música nos arriesgamos a que las decisiones que tomemos no sean para la gloria de Dios.1 Corintios 10:31 escribió:Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Así que... ¿tú qué piensas?