¿Que Dios lo tenga en su Gloria?
Hace varios años ocurrió una gran tragedia en la congregación a donde asistíamos en aquel entonces.
Había ahí una hermosa pareja padres de dos preciosas adolescentes, una de las cuales se creía que era una candidata a ser mi nuera; y los hermanos y yo congeniábamos muy bien, gente hermosa de buen testimonio, con los cuales nos encantaba sentarnos en las reuniones porque el hermano nos hacía reír mucho.
Y en esas ocasiones salía a relucir un detalle que era tema de conversación esporádica entre los hermanos de la congregación: el esposo, padre de las niñas, acostumbraba manejar a mucha velocidad. Este pequeño detalle del cual muchas veces se hicieron chistes, terminó trágicamente cuando el automóvil donde viajaban se volcó debido a la alta velocidad, y en ese accidente fallecieron la esposa del hermano, y su propio hermano en la sangre. Él y su cuñada quedaron muy golpeados, y el único que salió prácticamente ileso fue su pequeño sobrino.
Cuando acudimos a la funeraria, y esperando para saludar al hermano, escuché que las personas le decían: "¡Ánimo, hermano, confíe en Dios, que los hermanos están en la presencia del Señor!" "¡Gócese en el Señor, hermano, que volverá a ver a su esposa!" y frases como ésa. Me incomodaron esas palabras, pues sentí que demostraban poca empatía al sentimiento del hermano, el cual no sólo había perdido a su esposa y hermano, sino que además cargaba con la conciencia de que él había sido responsable del accidente.
Pero eran verdad. El hermano sabía que su esposa y su hermano habían comenzado su vida en el cielo. Esa certeza no aliviaba el dolor de la separación; la muerte es un terreno muy misterioso. Y a veces los cristianos, en nuestro afán por "demostrar" nuestra fe al resto del mundo, intentamos sonreír y esconder la angustia que nos produce la partida de aquel ser querido.
Sí, podemos hacer nuestra esta Palabra:
Nótese que ahí dice "para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza". Ahí claramente el Señor nos dice: "Va a doler, y mucho... Sólo no te derrumbes ni colapses por el dolor, porque tú sabes que tienes una esperanza; los demás que no la tienen lloran, se desmayan, sufren colapsos nerviosos y se enferman. Pero tú tienes mi fuerza y mis promesas".1 Tesalonicenses 4:13 escribió:Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Aquí destaca la condición para ser resucitado: Haber muerto en Cristo.1 Tesalonicenses 4:14 escribió:Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Los que no tienen esperanza dicen en el pésame: "Que Dios lo tenga en su Santa Gloria"... Es decir "Ojalá esté, esperamos que así sea, aunque no estamos seguros". Pero nosotros sabemos que hay una manera de estar seguros, y es haber muerto en Cristo.1 Tesalonicenses 4:16 escribió:Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Así que si tu ser querido murió en Cristo, se vale llorar, porque hay un tiempo para todo como
Eclesiastés 3:4 escribió:tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;