Hay que explicar. Hay que decir que les quitan la ropa, las fuerzan a abrir las piernas y les escinden salvajemente las fracciones exteriores de los genitales. Hay que insistir: en la mayoría de los procesos utilizan piedras afiladas, cuchillos, tijeras, hojas de afeitar, cualquier cosa filosa. Y en pocas ocasiones, con anestesia.