La Terapia del limón congelado

Hace unos meses mientras visitaba a mis hijos en Ensenada, uno de nuestros amigos nos recomendó comer el limón congelado. ¿Y cómo? Muy fácil: lo lavas muy bien y lo metes al congelador. Una vez que se encuentre congelado, lo puedes utilizar en sopas, ensaladas, tés, etc., rallándolo y aprovechándolo absolutamente todo ¡hasta las semillas!
¿Y cuáles son los beneficios? Ahí te van:
La piel del limón:

• Tiene de 5 a 10 veces más vitaminas que el zumo.
  
• Antioxidantes y vitamina C.
  
• Se dice que es 10 mil veces más potente que la quimioterapia.
  
• Se ha estado usando contra el cáncer.
  
• Es muy bueno para las infecciones antimicrobianas, para bacterias, infecciones por hongos.
  
• Remedio casero buenísimo.
  
• Parásitos intestinales.
  
• Regula la presión arterial.
  
• Antidepresivo, combate estrés, trastornos nerviosos.
  
• y más...
  

Los limones se lavan muy bien. Se recomiendan mejor los limones orgánicos, para asegurarnos que la piel no tenga ningún producto químico o ceras para que se vean bonitos. Una vez bien lavados, se meten en una bolsa de plástico, se cierra y se meten al congelador.

Para usarlos, se parte el limón congelado a la mitad, y sencillamente se ralla con el rallador la cantidad deseada. El resto del limón se puede volver a guardar para seguirlo usando hasta acabarse.

Aquí les dejo el video   de donde saqué la información.
¡Platícame cómo te fue!