Abrumada...
Ésa es la palabra. Me siento abrumada. He pasado los últimos dos meses y medio aquí en Ensenada, y aunque disfruto mucho venir a visitar a mis hijos, esta estancia ha sido muy cansada pues ha estado llena de cambios, emociones y sentimientos encontrados.
Estoy en ese punto en que ya siento que estoy volando horas extras aquí. Necesito irme a casa, relajarme, cambiar de aires, irme a visitar a mi ex-alumna a Phoenix, volver a mi rutina normal, que por mucho tiempo ha sido mi refugio en Cristo.
Y no es que desee alejarme de mis hijos ensenadenses. Es que simplemente siento que ya sobrepasé el tiempo en que ellos pueden tolerarme. Sobre todo en este punto en que, a causa de estar impartiendo la Escuela para Padres e Hijos, ha habido momentos de mucha tensión debido a los cambios que se han hecho, o intentado hacer, para cambiar el método de educar a sus hijos.
Aparte de eso hay otros motivos de índole más personal, los que me están minando la resistencia para afrontar los días que me quedan aquí.
Le pido al Señor Jesucristo que me fortalezca y me permita ser capaz de disfrutar cada minuto que aún permanezca aquí.
Ésa es la palabra. Me siento abrumada. He pasado los últimos dos meses y medio aquí en Ensenada, y aunque disfruto mucho venir a visitar a mis hijos, esta estancia ha sido muy cansada pues ha estado llena de cambios, emociones y sentimientos encontrados.
Estoy en ese punto en que ya siento que estoy volando horas extras aquí. Necesito irme a casa, relajarme, cambiar de aires, irme a visitar a mi ex-alumna a Phoenix, volver a mi rutina normal, que por mucho tiempo ha sido mi refugio en Cristo.
Y no es que desee alejarme de mis hijos ensenadenses. Es que simplemente siento que ya sobrepasé el tiempo en que ellos pueden tolerarme. Sobre todo en este punto en que, a causa de estar impartiendo la Escuela para Padres e Hijos, ha habido momentos de mucha tensión debido a los cambios que se han hecho, o intentado hacer, para cambiar el método de educar a sus hijos.
Aparte de eso hay otros motivos de índole más personal, los que me están minando la resistencia para afrontar los días que me quedan aquí.
Le pido al Señor Jesucristo que me fortalezca y me permita ser capaz de disfrutar cada minuto que aún permanezca aquí.