Ayer en la tarde, por una publicación de Marcos Witt en Facebook, nos enteramos de que Robin Williams había muerto. Y hoy en la mañana, al buscar en las noticias, me entero de que hay sospechas de suicidio. Y si después de la autopsia determinan que no fue suicidio, ¿sería muerte accidental, u homicidio?
En realidad, ¿eso es relevante para él? No lo creo. Él se fue, ya sea por la puerta falsa, accidentalmente, o por decisión de otra persona. Creo que aquí lo único que queda por hacer es:
En lo personal nunca me gustaron mucho sus actuaciones cómicas. Su sonrisa me parecía más una mueca exagerada y fingida, que una expresión de felicidad o alegría; ver sus películas me producía siempre una desagradable sensación de tensión nerviosa.
Creo que el ser una persona que tendía a la depresión, me hace ser más sensible ante alguien que está intentando ocultar sus luchas para no caer en ella, detrás de la comicidad. Creo que todos hemos conocido personas que actúan así. Yo también recurrí al mismo "truco" años atrás, antes de que el Señor Jesucristo me rescatara.
Lo lamentable del caso es que seguramente Robin se rodeó de personas que, si acaso conocían lo profundo de su depresión, no estaban en condiciones de ofrecerle ni la solución ni el consuelo adecuados para poder librarse de eso.
Por otro lado, me atrevo a sospechar que un buen número de las personas a su alrededor no se ocupaban mucho de sus estados anímicos, siempre y cuando siguiera triunfando, y eso reportara ganancias económicas para todos.
También es posible que alguna persona que conociera a Jesucristo le hubiera hablado de Su Amor y el sacrificio que hizo por nosotros; tal vez había gente orando por Robin. Pero por lo visto nada fue suficiente; es evidente que él no conoció al Único que tiene todo el poder necesario y suficiente para ir a rescatarnos de cualquier hoyo en el que estemos, por muy profundo que sea. El Único que realmente está interesado en ayudarnos, y el Único capaz de conservarnos en un gozo y una paz permanentes. El Único que nos puede dar esa fuerza necesaria para vivir el día a día, no en resignación ni soportando todo, sino disfrutándolo todo, cada minuto en agradecimiento porque Él hizo todo para que nosotros podamos ser salvados de nosotros mismos.
Qué lamentable que aún haya personas que sigan sufriendo la vida en lugar de gozarla; que dependan de factores externos como el dinero, una pareja, las posesiones materiales, las drogas, el alcohol, la aceptación de las demás personas, etc., para poder sentir una cierta sensación de satisfacción. Cosas efímeras y sin valor, que en el momento en que las perdemos, ahí se acabó nuestra felicidad.
Como dijo Marcos Witt: la depresión es muy real; es como un monstruo con tentáculos que nos va atrapando insidiosamente en forma lenta y poco perceptible. Oremos al Señor Jesucristo para que, por medio de su Espíritu Santo, nos permita percibir la necesidad en las personas, y poder ofrecerle la palabra adecuada de consuelo, y presentarle de forma oportuna el mensaje de salvación.
En realidad, ¿eso es relevante para él? No lo creo. Él se fue, ya sea por la puerta falsa, accidentalmente, o por decisión de otra persona. Creo que aquí lo único que queda por hacer es:
- Orar por la familia (principalmente sus hijos).
- Orar por todos los que están batallando con las adicciones y la depresión.
- Finalmente, analizar la secuencia de eventos que detonaron esa depresión que padecía, y que lo hacía caer en las adicciones.
En lo personal nunca me gustaron mucho sus actuaciones cómicas. Su sonrisa me parecía más una mueca exagerada y fingida, que una expresión de felicidad o alegría; ver sus películas me producía siempre una desagradable sensación de tensión nerviosa.
Creo que el ser una persona que tendía a la depresión, me hace ser más sensible ante alguien que está intentando ocultar sus luchas para no caer en ella, detrás de la comicidad. Creo que todos hemos conocido personas que actúan así. Yo también recurrí al mismo "truco" años atrás, antes de que el Señor Jesucristo me rescatara.
Lo lamentable del caso es que seguramente Robin se rodeó de personas que, si acaso conocían lo profundo de su depresión, no estaban en condiciones de ofrecerle ni la solución ni el consuelo adecuados para poder librarse de eso.
Por otro lado, me atrevo a sospechar que un buen número de las personas a su alrededor no se ocupaban mucho de sus estados anímicos, siempre y cuando siguiera triunfando, y eso reportara ganancias económicas para todos.
También es posible que alguna persona que conociera a Jesucristo le hubiera hablado de Su Amor y el sacrificio que hizo por nosotros; tal vez había gente orando por Robin. Pero por lo visto nada fue suficiente; es evidente que él no conoció al Único que tiene todo el poder necesario y suficiente para ir a rescatarnos de cualquier hoyo en el que estemos, por muy profundo que sea. El Único que realmente está interesado en ayudarnos, y el Único capaz de conservarnos en un gozo y una paz permanentes. El Único que nos puede dar esa fuerza necesaria para vivir el día a día, no en resignación ni soportando todo, sino disfrutándolo todo, cada minuto en agradecimiento porque Él hizo todo para que nosotros podamos ser salvados de nosotros mismos.
Qué lamentable que aún haya personas que sigan sufriendo la vida en lugar de gozarla; que dependan de factores externos como el dinero, una pareja, las posesiones materiales, las drogas, el alcohol, la aceptación de las demás personas, etc., para poder sentir una cierta sensación de satisfacción. Cosas efímeras y sin valor, que en el momento en que las perdemos, ahí se acabó nuestra felicidad.
Como dijo Marcos Witt: la depresión es muy real; es como un monstruo con tentáculos que nos va atrapando insidiosamente en forma lenta y poco perceptible. Oremos al Señor Jesucristo para que, por medio de su Espíritu Santo, nos permita percibir la necesidad en las personas, y poder ofrecerle la palabra adecuada de consuelo, y presentarle de forma oportuna el mensaje de salvación.