Sólo de ver la imagen me saboreo :lengua: ¡¡Me encantan las enchiladas!!
¿Cuál es tu platillo favorito? Ése que con sólo recordarlo se te hace agua la boca... El que puedes comer aunque no tengas hambre, y que podrías comerlo todos los días y no te enfadaría :
Hace más de veinte años que le entregué mi vida a Jesucristo, y desde entonces he deseado leer toda la Biblia, pero sin haber tenido éxito, por muchos motivos; el principal, la falta de organización en la lectura. Por lo general he leído los libros que se me hacen más fáciles, los que nos dejan por algún estudio especial, los Salmos, los Proverbios, los profetas mayores, los Evangelios, las epístolas. ¿Cuáles no había leído nunca? Los profetas menores, las Crónicas y el Apocalipsis.
Hace como unos ocho meses, en algún momento me detuve a meditar al respecto, y me di cuenta de que me había "encasillado" leyendo los mismos libros, y cada vez leía menos.. "al cabo ya los leí" (¿se te hace conocida esta situación?).
Entonces me acordé que
Santiago 1:5 escribió:Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Por lo tanto, me decidí a pedirle a Dios que me diera un fuerte deseo por leer la Biblia en forma constante... Es más, le pedí que me diera "hambre" de leer la Biblia; que me hiciera falta como comer tres veces al día (cinco ahora, desde que me pusieron a dieta).Mateo 7:7-8 escribió:Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Y qué crees?
¡Exacto! ¡Lo hizo! Ahora, el sentarme a leer la Biblia es uno de mis momentos favoritos del día... Porque no sólo la leo para aprender más de Él; hablo con Él, le pregunto cosas, me responde, me revela, me instruye, y me hace que me quede con ganas de seguirle...
Yo podría poner ahí "Más que las enchiladas en mi boca"Salmos 119:103 escribió:¡¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
No cabe duda: Hoy por hoy, sentarme a leer la Biblia es como disponerme a saborear un rico manjar...
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Pero hasta este momento ya tengo como mes y medio que me propuse no fallar ni un solo día. Si no alcanzo a leerla en la mañana, porque tengo que salir a algún pendiente, en cuanto puedo me tomo un tiempo, me preparo una taza de café, pongo el celular en silencio, y me dispongo a pasar un buen tiempo con mi Señor... ¡Ahora sí que Él es mi Pan diario!No digo que lo hago religiosamente cada día, porque estaría mintiendo.